El “padre” de Torrente se presentó en la sede de la Academia, que le ha concedido la Medalla de Oro 2016, tras la proyección de Torrente, el brazo tonto de la ley, que le valió el Goya a la Mejor Dirección Novel y que es una de las seis películas del ciclo que en noviembre ha dedicado la institución a este creador autodidacta –”se nota en mi obra”– que todavía no ha conseguido verse a sí mismo como cineasta, según sus palabras.

Fanático del cine, arte por el que tiene “tanto respeto que de pequeño pensaba que nunca podría hacerlo. Cuando crecí y vi la mediocridad reinante, me animé”. Segura es un espectador fiel y a los 12 años se hizo con una cámara de Súper 8 y empezó a rodar con sus amigos. “Un chico de mi clase tenía una, y como la envida mueve el mundo, conseguí una cámara”. Ambicioso, no se conformó con rodar gags fáciles, apuntó alto porque lo que le gustaba era El coloso en llamas, las películas de terremotos, de explosiones… Fue con Relatos de la medianoche, un corto “infecto” que presentó en Cinema Jovem con el que transcendió. El corto costó 8 000 pesetas y le dieron un premio

económico de 100 000 pesetas. “Ni Spielberg… Eché cuentas y pensé que esto del cine podía ser rentable. Supe que solo un miembro del jurado luchó para que me dieran el premio, y averigüe que era Fernando Trueba”. Tres meses después, en la grabación de una serie de televisión en la que hacía de figurante y en la que conoció al que luego sería el maquillador de muchas de sus películas, Pepe Quetglas –”quiso cortarme el pelo, pero no lo consiguió”– y a Antonio Banderas –”que fue súper simpático con los figurantes”–, coincidió con Fernando Trueba. “Me subió la autoestima cuando me dijo que le había gustado mucho Relatos... y también a sus amigos. Fernando me animó a que trabajara en 35 mm, me engañó y casi muero en el intento. Como algunos de mis amigos de Bellas Artes ya estaban trabajando, aportaron dinero en mis siguientes trabajos”, recordó Segura, que en los festivales que visitó conoció a Álex de la Iglesia, Juanma Bajo Ulloa, Javier Fesser… y se dio cuenta de que “había gente tan colgada como tú queriendo hacer lo mismo”.

Personas a las que admira y los fans

Trabaja para el público –“aspiro a hacer reír a la gente y llenar los cines”–, tiene muy presente una máxima ‘cuesta lo mismo hacer una buena película que una mala’ y está a favor de la colaboración. “Sufro con el proceso de escritura, en el parto de la idea, de contar una trama, risas y chistes que ocupen 90 minutos. Como me distraigo, Guillermo del Toro, que es autoritario, me pincha para que trabaje. No creo que Peter Jackson colabore con nadie, por el mega éxito que ha tenido con los enanos y el anillo se ha venido arriba y nadie le va a decir que corte 40 minutos de King Kong. Aunque es duro, me gusta que me digan la verdad. Como soy una rata, a 15 o 20 personas de mi confianza les doy a leer mis guiones y, por la cara, me nutro de su talento”, confesó.

Ha aprendido de todos los directores con los que ha trabajado como actor, y lo que le ha hecho más feliz ha sido conocer a gente a la que admira. “Es un gustazo haber trabajado con López Vázquez, Tony Leblanc –”le engañé porque como llevaba 25 años alejado del cine, quería un papel con más chicha. Me pasé dos semanas en su casa inventando chistes que eran arcanos. Cuando vio la película solo me dijo que había cortado muchas cosas”–, Alfredo Landa, Concha Velasco…”, destacó este autor de comedias para quien es trágico que chavales de 15 años no conozcan a Burt Lancaster o a Kirk Douglas. “Si en el instituto tienen que leer La colmena también debería ser obligatorio ver El verdugo y Viridiana”.

 

Los ‘Torrentes’, de los que, de momento, ha firmado cinco entregas, también dieron juego. Santiago Segura contó que Torrente siempre se rodea de niños y de personas con discapacidad intelectual “porque son los únicos que pueden seguir su liderazgo”; y que con su primer Torrente tuvo muchos problemas. “Pensaba hacer algo underground, que me gustara a mí e hiciera reír a mis amigos, no que fuera un fenómeno. Me sorprendió mucho el éxito que tuvo. Cuando se estrenó recibió muy buenas críticas, fue seleccionada por la Semana de la Crítica de Cannes, pero empezó a hacer dinero y con el éxito que tuvo hubo quien confundió crítica e ironía con apología. Me acusaron de fascista y misógino. Por la calle me siguen diciendo por la calle ‘¡Aupa Atleti!’, pero no soy de Atlético de Madrid; El Fary me hace mucha gracia, pero a mí me gusta Frank Sinatra. No hago pedagogía, hago cine”, destacó.

Estrella en Argentina

Recién llegado de Brasil, donde ha grabado la serie Supermax, y Argentina, donde ha interpretado las películas Casi leyendas y Solo se vive una vez y le han tratado “como una estrella, con un respeto y una veneración… piensan que soy alguien de prestigio y cuando les digo que actor-Santiago Segura-prestigio no van nunca en la misma frase, no me creen. Argentina tiene un tejido de actores de gran calidad, allí el teatro no paga impuestos y aquí el 21%”. Segura hace cine “para ser querido, lo que busco es aprecio”, y destacó que lo más bonito de su oficio “son los fans”.

El estreno de La reina de España el próximo 25 de noviembre y la Medalla de Oro, galardón que recogerá el 18 de noviembre, son los inmediatos actos de Segura. “La Medalla me pone muy nervioso, todavía soy joven a pesar de estar calvo. Ya me quieren retirar”, dijo el artista, que tiene un plan B: volver a Argentina a seguir “mi fructífera carrera”.

from Academia de cine