Carlos Hugo Aztarain

La 32a. edición del Festival Internac. de Cine de Mar del Plata transcurrió con lluvia, frío y vientos. En los halls de los dos principales hoteles (Hermitage y Provincial) infimo movimiento. En las pantallas, por suerte, buenas películas. Un buen equipo seleccionador rescató excelentes títulos, pero en los demás aspectos
el reconocido Certamen Marplatense estuvo como el tiempo: «frío». En la oficina de prensa una colaboradora boliviana inepta, y poco simpática. Allí solo informadores, algún periodista, y chicos jovenes que se inventan una propia paginita web o colaboran en un programa de radio poco conocido ya se creen que saben de cine
y devoran medialunas tras medialunas. Algunos buenos profesionales de la industria llegaron los últimos días para participar en Film.ar, que con el apoyo del INCAA fue dirigido por Annabelle Aramburu, y en ello hubo profesionalidad. Visitas destacadas (ya con 80 años a sus espaldas) el varias veces galardonado realizador francés Claude Lelouch y la aplaudida actriz, y ahora directora, Vanessa Redgrave.
La tragedia del submarino argentino (hasta ahora desaparecido) sumo tristeza al Festival, y la entrega de premios se realizó en un salón del hotel NH Provincial, asistió el Ministro de Cultura de la Nación Pablo Avelluto (abucheado por algunos resabiados kirchneristas que, ni siquiera, tienen la educación que deberían poseer en este tipo de actos), y donde un jurado integrado -entre otros- por Boyd van Hoejl
(Luxemburdo); Eduard Waintrop (Francia): Catalina Sandina Moreno (Colombia); Amedeo Pagani (Etiopía), y la actriz argentina Erica Rivas, decidieron conceder los siguientes premios: el Astor a la mejor película correspondió a de la realizadora palestina «Wajib», de la realizadora palestina, estupendo film en cuya
producción colaboraron varios países. Como mejor directora fue premiada Valeska Grisebach por su film «Western». Mejor actor Mohamed Bakri por su rol en «Wajib». Mejor actriz: Elie Harboe por su trabajo en «Thelma». El premio espaco¿ial del jurado recayó en Kairiana Nuñez Santaliz por «El silencio del viento»,
asimismo se le concedió un premio a la trayectoria a la actriz Vanessa Redgrave.
Dentro de la competencia latinoamericana el principal galardón fue ex-aequo para «Cocote», de Nelson Carlo de los Santos, y «Baronesa», de Juliana Antunes. Mención especial a «La telenovela errante», de Raúl Ruiz y Valeria Sarmiento.-Mejor corto latinoamericano: «Duelo», de Alejandro Alonso. Y en la competencia argentina como mejor película se premió a «El azote», de José Celestino Campusano
(realizador que «todos» los años nos ofrece algún film de su prolífica producción). Y mejor cortometraje fue considerado «Y ahora elogiemos las películas», de Nicolás Zukerfeld. Finalmente el premio Work in progress recayó en «Hebreos 13:2», de Fernando Domínguez. El Festival logró, eso sí, una afluencia masiva de espectadores. Y el presidente del INCAA prometió adelantar un poco las fechas para noviembre del 2018 y agregar un día mas para satisfacer a mayor cantidad de público. No quisiera dejar de destacar el reportaje realizado a un veterano periodista
Paraná Sendrós (publicado en diario «La Capital» el día anterior al cierre del Festival, Pag. 4) quién opinó que «la actual edición cuenta con menos películas, menos invitados, menos organización poca difusión de las actividades realizadas». Y finalizando, sostuvo que a la XXXII edición no le dieron el lustre que prometieron darle y las cosas que hacen no las difunden. Nunca se sabe siserá el último, pero están haciendo todo lo posible para cumplir y punto».