“Vive como si fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir para siempre “
Mahatma Ghandi

Sales a pasear por la montaña. Te apetece ir lejos. Encima de ti contemplas el cielo que parece infinito, no se parece en nada a tus pensamientos diarios, cíclicos, pequeños… Mientras andas te quedas absorto por la naturaleza que te envuelve, sientes el viento, la luz, los sonidos, el calor y por un momento eres uno con el camino. Al cabo de un rato vuelves a tus pensamientos, te distraes, el paisaje se hace extraño. No lo reconoces. Comprendes que te has perdido. Está anocheciendo, los ruidos te incomodan, hace frio y a tu alrededor lo que era agradable empieza a ser amenazador. Crees que no podrás encontrar el camino de vuelta. El tiempo se hace lento y angustioso y por fin te parece ver algo familiar. Es de noche. has encontrado el camino de vuelta, pero no es exactamente el mismo. Volverás a encontrarte, llegarás a algún lugar para volver a partir. Perderse es también parte de ese camino y es al andar el camino cuando empiezas a entender que no es lo que parecía, cuando empiezas a amarlo y estudiarlo, viviendo sus miserias y grandezas. Pasamos mucho tiempo metidos en nuestros pequeños clústeres de cámara, fotógrafos, productores, técnicos… sin mirar bien ese camino y el cielo donde todo cabe. ¿Pero por dónde estamos realmente andando? Incertidumbre y cambios es la realidad cotidiana del sector audiovisual, algunos dirán que siempre fue así. Pero desde los efectos de la crisis que se inició en el 2008 la ocupación bajó un 15% y se perdieron un 5% de empresas.
Con los datos europeos y nacionales queda claro que el trabajo se precarizó. Contrataciones temporales en base a proyectos y empleo con contratos de autónomos especialmente en la producción audiovisual. El despido y cierre de empresas ha fomentado aún más este tipo de contratos. Ante este panorama los profesionales del sector han tenido que diversificar sus competencias y áreas de actividad convirtiéndose en más flexibles y polivalentes. Al mismo tiempo otros cambios como la digitalización y la obsolescencia creciente de los equipos audiovisuales han agitado el sector.
Desde 2008 la inversión directa a la producción de contenidos televisivos cayó un 30%. Los recortes en las asignaciones de los canales de televisión, debido a la anulación por parte del Tribunal Constitucional de la tasa que gravaba a los operadores de telecomunicaciones para dar más recursos a la producción audiovisual (aprobada por el Parlament de Catalunya en el 2014) ha sido un duro revés para el sector. El presupuesto anual de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA-TV3) paso de 450 millones el 2010 a 307,2 en 2017. Hemos de comprender que TV3 es un motor de la economía del audiovisual catalán y que sus presupuestos afectan a todo el sector. También cayó la inversión publicitaria en televisión. TV3 paso de facturar 70,8 M€ en 2016 a 59,8 M€ en 2017. La inestabilidad política no ha ayudado. En 2015 Madrid concentraba el 68.9 de la facturación Audiovisual del estado y Catalunya las 17,7 seguidas por Andalucía 3,8 y País Vasco 1,8.
En cuanto al cine en el estado español la producción (de 253 a 241) y los estrenos (223 a 153) cayeron en 2017. El cierre general de salas de exhibición iniciada en 2007 ha conseguido pararse y remontar ligeramente y en estos años hemos pasado de 4300 a 3600 salas repartidas por todo el estado. El cine español ha registrado en el año 2017 una cuota de mercado del 17,41% frente al del 18,46% del año 2016. Como es habitual el cine estadounidense ha obtenido un 67,28%. La recaudación de cine de la Unión Europea en conjunto ha representado un 31,02% del total, habiendo sido la del año anterior el 30,78% de la cuota de mercado. La media del coste para producir un largometraje en el estado español es de 3 M€, cifra que puede considerarse competitiva si va acompañada de un coste en promoción y marketing proporcional.
Las ayudas al cine español en 2017 fueron de 70M€, parecen altas, pero nada en comparación con las ayudas del plan PIVE-8 de 2015 que fueron 225 M€. La situación actual de las productoras españolas es la de una producción discontinua y poco diversificada, lo que dificulta la realización de economías de escala para optimizar recursos y resultados. Solo cuatro productoras en todo el territorio fueron capaces de realizar más de 4 largometrajes en un curso. Si atendemos a las cifras del cine catalán, en el primer semestre de 2018 ha recaudado 7 millones de euros en España, mientras que en todo el año 2017 la recaudación alcanzó los 37 millones de euros. La actual presidenta de la Academia del Cine Catalán Issona Passola criticó públicamente “el vergonzoso” presupuesto del departamento de Cultura de la Generalitat, “por debajo del 1%” (es del 0,7%) y la drástica reducción de la aportación de la Generalitat a la Acadèmia del Cinema Català. La Generalitat ha recortado su dotación a la Acadèmia de 290.000 a 110.000 euros. Recordemos que las cuentas de la Generalitat han quedado intervenidas y paralizadas durante este año.
Como nota positiva por un lado las empresas de video on demand como Netflix y HBO deberán pagar una tasa para contribuir al cine europeo. Y por otro lado Cataluña copa casi el 50% de facturación en videojuegos, Barcelona concentra el 28% de las empresas del sector con 120 empresas.
Con los datos del 2017 el sector audiovisual sigue atravesando una tormenta iniciada en el 2008 de la que no acabamos por salir y que se ha estructuralizado en muchos aspectos como son la precariedad, flexibilidad, la debilidad de nuestras productoras y la dependencia de las televisiones como motores económicos.

Gráfico extraido del “boletín informativo cine 2017” Icaa

Noel Méndez Budia

 

Fuentes: “Radiografia econòmica de la indústria audiovisual de Catalunya” Cluster Av de Catalunya
“Boletín informativo cine 2017” Icaa
“Dimensió económica del sector cultural a Catalunya” Marta Llatcha
“Presentació radiografia económica” Joan Rosés
“Situació i perspectives de les indústries culturals i creatives” Xavier Cubeles