La sección oficial ha dejado bastante que desear, más allá del Palmarés y de las secciones especiales. Repasemos, pues, las películas en competición y dejamos para otro artículo el resto de secciones. Inaguró el Festival un filme argentino producido por Darín, «El amor menos pensado», de Juan Vera, un cineasta temprano pero productor de filmes de Pablo Trapero y de Juan Campanella. Un relato que no convenció a nadie, excesivamente apegado a los modelos americanos, eso sí con grandes interpretaciones de Ricardo Darín y Mercedes Morán. Siguió «Der unschuldige», de Simon Jaquemet, un film suizo que combina, sin éxito, la posesión diabólica de una mujer y la resurrección de un simio. Pero lo peor estaba por llegar: In fabric, cutre desde los títulos de crédito, de Peter Strickland; «Beautiful boy», de Felix van Groeningen, visión yanqui de las drogas; «Angelo», de Markus Schleinzer, sobre un africano del siglo XVIII; «High life», inútil relato de ciencia ficción de Cali Denis; y Illang: the Wolf Brigade, de Kim Jee Won, una versión de un libro de culto, especie de manga, ambientado en la Corea de 2.029 y relleno de violencia gratuita, eran ejemplos de filmes que no aportaban nada a la competición. Más justificación, a pesar de sus controverits resultados, tenían la española «Quien te cantará», de Carlos Vermut, quien después de la tramposa Magic Girl propone una almodovariana historia de varias mujeres con dos de ellas sustituyéndose; la franco-portuguesa «Le cahier noir», de Valeria Sarmiento, demasiado centrada en una época folletinesca; la china Bao bei er / Baby, de Liu Jie, discreto relato sobre la escasa consideración de la mujer en China; la argentina «Rojo», de Benjamin Naishtat, correcta crónica de la pasividad cómplice, con un Dario Grandinetti espléndido; o la superficial «Blind spot», de Tuva Novotny, realizada en un solo plano … Lo más interesante venía de las españolas «Entre dos aguas», de Isaki Lacuesta, un buen acercamiento a la realidad social; «Yuli», de Iciar Bollaín, sobre la vida y vocación del bailarín cubano Carlos Acosta, y «El reino», de Rodrigo Sorogoyen, entorno a la corrupción; así como la japonesa, demasiado rellepada, «Visión», de Naomi Kawase; la filipina «Alpha», «the right to kill», de Brillante Mendoza, una sólida mirada a la policía, y sobre todo, la francesa «L’homme fidèle», de Louis Garrel, coescrita con Jean Claude Carrière, una muestra de libertad absoluta a la hora de contarnos quimeras.
Toni Llorens

PALMARÉS SECCIÓN OFICIAL
Concha de oro a la mejor película / Entre dos aguas
Premio especial del Jurado / Alpha, The Right To Kill
Concha de Plata a la mejor dirección / Benjamín Naishtat (Rojo)
Concha de Plata a la mejor actriz / Pia Tjelta (Blind Spot)
Concha de plata al mejor actor / Dario Grandinetti (Rojo)
Premio del Jurado a la mejor fotografía / Pedro Sotero (Rojo)
Premio del Jurado al mejor guión / ex aequo:
Paul Laverty (Yuli) y Louis Garrel y Jean Claude Carrière (L’homme fidèle)
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