Año: 2023

País: España

Dirección y guion: Félix Viscarret

Reparto: Miki Esparbé, Alex García, Ana Polvorosa, Olaya Caldera, Julian Villagran, Ramón Barea, Xavi Valcárcel

Música: Mikel Salas

Fotografía: Óscar Durán

Compañías: Lamia ProduccionesA Contracorriente FilmsMovistar Plus+ETB

Crítica:

A lo largo de la vida de cualquier hombre seguramente se podrían contar tantos momentos de relativo éxito como de fracasos, de satisfacciones como desengaños, de amor y desamor, de subidas y bajadas de euforia, porque como canta Rubén Blades “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida” y, algunas de ellas son rocosas y empinadas, pendientes que hay que aprender a subir con dignidad. Fases en las que uno se siente el rey del mundo y otras en las que te crees sumergido en la más honda ruina.

Una vida no tan simple se inicia con Isaías, un arquitecto cercano a los cuarenta, en una de esas fases ascendentes, una festiva ceremonia que sirve de pretexto para que le entreguen el premio como mejor arquitecto del año, reconocimiento que hace que se sienta el hombre más feliz de la tierra. Pero la historia no ha hecho mas que empezar, y se la resume un amigo y socio, personaje encarnado por Ramón Barea, cuando se encuentra fortuitamente con él en el lavabo y le advierte “no te fíes demasiado de los elogios, piensa que el suflé sube, pero después siempre tiende a bajar”.

Félix Viscarret ha escrito un guion inteligente, mesurado por la contención, llevado a imágenes sin estridencias ni excentricidades, pero que guarda mucha verdad en cada escena. No hay saltos vertiginosos mareantes, pero sí una invitación a la reflexión en las contradicciones y dudas de un ser humano y su entorno social, laboral y familiar que, entrando en la edad madura y en una dura lucha por mantener su status profesional, tiembla ante las expectativas de un cambio que ve venir y que puede ser trascendente en su vida.

El director presenta a Isaías -un personaje aparentemente simple- y su devenir discurre entre el estudio de arquitectura donde trabaja, el parque donde lleva a sus hijos después de recogerlos del cole y, su relación en casa con Ainhoa, su mujer y los niños. En esos tres espacios, trasparentes en su iconografía, se mueven prácticamente todos los personajes: conversaciones; dudas y discusiones con su socio; tentaciones camufladas ante la atracción por alguna madre de los amigos de sus hijos, y la tentativa, casi naif, de una aventura con ella; enfriamiento afectivo con su esposa y, ante cada una de las escenas, podemos intuir dudas propias en su comportamiento que debilitarán su seguridad interior, aflorando contradicciones de su “yo”. Isaías es un personaje muy de nuestro tiempo  y, cada una de las pequeñas aventuras emocionales en las que se ve inmerso son reflejos cotidianos de nuestra sociedad, ahí radica la verdad de la película, en que podemos verla como una historia inmersiva.

La naturalidad de todos los intérpretes desempeñando sus papeles con máxima naturalidad, Miki Esparbé, Álex García, Ana Polvorosa, Olaya Caldera, Ramón Barea, etc. ayudan a percibir que estamos viendo una historia llena de realismo, que nada es impostado y que los personajes, sin dramatismos añadidos ni histerias, sienten lo que hacen. Todo ello anclado dentro de una obra que, dentro de su seriedad, es una comedia con su punto de humor soterrado, pero no desapercibido.

Pepe Méndez