Carlos Hugo Aztarain // Desde febrero pasado el nuevo responsable del Instituto Nacional de Cine y Audiovisuales del Cine Argentino, INCAA, Carlos Pirovano hace públicas las definiciones sobre la política oficial sobre el cine que promueve el Gobierno, donde se impulsa un plan para dejar de dar subsidios a películas sin espectadores. En el día de ayer se conocieron las primeras señales significativas de un nuevo modelo de producción audiovisual que el Gobierno quiere alentar.
«El cine no se promueve repartiendo dinero, el cine se fomenta construyendo talento», dijo Pirovano, y remarcó «El uso eficiente de los recursos a partir de una propuesta de valor que busque resultados es el camino de esta administración».
El INCAA pretende alentar una producción audiovisual competitiva en vez de un sistema «que otorgaba subsidios a películas sin espectadores». El decreto reglamentario fija nuevos y estrictos límites para el uso de los recursos:
disponibles -el Fondo de Fomento Cinematográfico-. A partir de ahora, habrá una evaluación de aptitud de quienes aspiran a los subsidios con varios requisitos: presentar un plan completo y exhaustivo de producción, acreditar el financiamiento del proyecto por un valor equivalente al monto del subsidio solicitado. informar sobre los costos finales una vez terminada la obra y limitarse a pedir un solo subsidio por año calendario. Según la nueva reglamentación, otro 20% de los recursos del INCAA, como máximo, será utilizado para los gastos corrientes de estructura y de funcionamiento del organismo. Y sobre este por ciento de recursos tope de hasta un 20% de estos recursos destinados a subsidiar la producción y exhibición de películas nacionales de largometraje. La norma deja sin efecto el decreto firmado por el gobierno anterior (firmado por el ex-presidente Alberto Fernandez) que asignaba un 50% de la recaudación impositiva del fondo de fomento a dichos subsidios. El otro 60% que queda liberado será para organizar concursos, sostener el céntrico Cine Gaumont (donde se proyectan – en su mayoría films argentinos- , mantener la Enerc (Escuela de Cine), desarrollar la Cinemateca; el Festival de Mar del Plata, y el Mercado de Ventana Sur.
Finalmente el Sr. Pirovano afirmó que este 20% de los recursos para gastos operativos «evita incorporar mas empleados que luego no trabajan (en Argentina denominados «ñoquis») y el gasto sin control que venía realizandose en años anteriores y libera los recursos para construir una industria audiovisual competitiva.
Muchos profesionales han salido rápidamente a opinar sobre lo anteriormente expuesto, uno de ellos el reconocido realizador Marcelo Piñeiro (quién recibió premio Goya en España y fue homenajeado en marzo último en el Festival de Málaga) quién acaba de decir » Los fondos destinados al cine no son un privilegio de la gente que hace cine sino que garantizan un derecho de la sociedad argentina: el de contar con sus propios relatos, sus propias historias y su propia mirada. La Ley de Cine data de 1956, y fue renovada en 1994: no es un capricho de una administración sino que lleva garantizado ese derecho mucho tiempo. Las Leyes de Fomento a la producción y de protección a la exhibición de filmes nacionales rigen en todos los países que tienen industria cinematográfica, son la base sobre la que se asientan todas las cinematografías europeas y latinoamericanas. La protección a la exhibición del cine argentino representa al país en los principales Festivales y se exhiben habitualmente en carteleras comerciales en muchas partes del mundo, y la falta de protección al mismo y bajar los fondos destinados a subsidios desprotege la exhibición, la verdad no quisiera ver la destrucción del cine argentino; realmente quiero confiar que todo esto mejore lo mas pronto posible».-
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