(APRENDER A QUERER)
Año 2024/ España
Dirección Marina Seresesky/ Guion Marta Sánchez, Irene Niubo. Historia: Guillermo Ríos, Leticia López Margalli
Reparto: PacoLeón, Maia Zaitegi, Silvia Alonso, Malcolm Sitté, Yailene Sierra…
Música Zacarías M. de la Riva
Fotografía Kenneth Oribe
Sinopsis
Leo (Paco León) es un tipo soltero y mujeriego que vive al día en una pequeñísima población de playa en una isla de Canarias. Su placentera existencia se ve trastornada cuando llega de Bilbao una de sus antiguas aventuras, Julia (Silvia Alonso), que deja en sus brazos a una bebé de pocos meses asegurando que es su hija, y desaparece abandonando a los dos. Incapaz de cuidar de la bebé y decidido a devolverla a su madre, Leo viaja a Bilbao, pero sus esfuerzos por encontrar a Julia terminan en fracaso. Ocho años después, la niña, Alba (Maia Zaitegi), crece junto a su padre llevando una vida divertida llena de afecto y amor, cuando Julia reaparece en sus vidas con la intención de arrebatar a Leo la custodia de su hija.
Esta película tiene algo de gran valor: es que todos los personajes que aparecen son entrañables y buena gente. Tienen problemas, tienen defectos, pero su buena voluntad y predisposición para superarse y volcarse en ayudar al que tienen al lado, a aquel que los necesite, les hace cercanos, casi familiares. Son personajes limpios que te solidarizas con ellos, aunque alguno sea un desastre, tal como nos muestra que son realmente alguno de los personajes de esta historia, algo plana pero luminosa, precisamente por lo sencilla y entrañable que resulta en su final.
La argentina Marina Seresesky que ha demostrado tener talento con películas como “Lo nunca visto” (2019) o “”Empieza el baile” (2023), realiza esta vez una comedia placentera, llena de espontaneidad y un humor ligero que funciona a lo largo del film y, al mismo tiempo, la llena de ingenua humanidad. Paco León, resulta espléndido y cercano en el cambio de su personaje de bon vivant irresponsable, para convertirse en un inesperado padre que le obliga a esforzarse en su compromiso por aprender los deberes de la paternidad responsable, entregándose con todo el amor y ternura que lleva dentro, un cambio personal que le hace crecer humanamente en todos los sentidos. Un aprendizaje lleno de nuevos valores venido de amigos, vecinos y vecinas, amantes, y todos los que le rodean, pero sobre todo, de su hija, que crece y le ilumina para asumir los hechos más duros con resignado optimismo, capaz de extraer lecciones positivas en los momentos en que la comedia se convierte en drama.
Paco León está excelente en su papel de niño grande que se convierte en adulto sin perder el humor, la ingenuidad y el gusto por vivir cada momento, procurando no dañar a los que están con él, aunque a veces les perjudique involuntariamente. Él hace resplandecer el paisaje en las escenas que se suceden en los bellos parajes de Canarias, pero también da brillantez a toda la parte que sucede en Bilbao y arrastra con natural espontaneidad a todos los personajes que le rodean. Su personaje se ve acompañado por la presencia magnética de Maia Zaitegi, que da vida a la niña Alba. Paco y Maia, son el cuerpo de la película y, seguramente, sin ellos esta historia sería otra cosa, pero hay que poner en valor la interpretación de todos los demás actores representando a sus personajes y decir que están excelentes.
Hay que advertir que el film es un remake de la película mejicana “No se aceptan devoluciones” (2013) pero, aunque la historia parte de una estructura similar, en la versión de “Sin instrucciones” las guionistas Irene Niubo y Marta Sánchez han introducido cambios remarcables que convierten la historia en algo diferente a aquella, que nos provocará momentos de humor mezclados con otros en los que nos enternecerá los sentimientos y será difícil reprimir la lágrima. Todos sabemos que con la presencia de niños la ternura aflora en los corazones y la risa está asegurada, pero a veces, también el llanto.
Una película digna, realizada con el deseo de agradar, llena de sensibilidad, humor, buen gusto y, que en parte nos invitará a una cierta reflexión sobre la vida, así que es posible que contente a la mayoría de espectadores que se dignen ir a verla.
Pepe Méndez
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