En puridad, el concepto de radio y televisión nos remite a un modelo comunicativo donde destaca la proximidad a la realidad. La inmediatez entre «aquello que ocurre», «aquello que le contamos» vendría a ser la sustancialidad de ambos medios: Radio, en sólo audio, y televisión combinando el sonido sincrónico al video… De hecho, en uno y otro caso, originariamente se produce en estudios acondicionados, inmensas cajas de las que a través de complejas técnicas nos remiten informaciones audiovisuales. A posteriori, los estudios se vuelven «móviles» y acuden al acontecimiento… Siguen manteniendo esa inmediatez que hace, pongamos por caso, que desde un equipo radio -un transistor, le decían un tiempo- o un televisor se pueda seguir una final deportiva que se produce a miles de kilómetros.Ese era el concepto tradicional de radio y televisión, que varió poco cuando ambos medios a través de la red siguen emitiendo «online»: Tenían un plus ya que no entraba la señal por el espacio radioeléctrico tradicional -antes llamado el éter- y nos llegaba de una forma nueva… .Donde se produce el salto cualitativo sería cuando radio y televisión ofrecen a través de la red «programas a la carta»: Se rompe la inmediatez del origen de ambos medios, pero se facilita extraordinariamente el acceso del público a los contenidos… Aparece ahí el concepto VOD de video bajo demanda mientras que el «podcast» vednría a ser la versión radiofónica…Las plataformas de podcast -Ivoox, la más extendida entre nosotros, o… se han llenado en pocos años de multitud de programas radiofónicos que adquieren nueva vida «en diferido» fuera del marco estricto de una «parrilla de programación». Sin embargo junto a estos «podcasts» procedentes de la radio, gran número de profesionales, semiprofesionales, influencers y faunas diversas, han adivinado las oportunidades que ofrece el medio para la experimentación, el ensayo de nuevos formatos y lenguajes… Basta un repaso a las plataformas podcast, para advertir como formatos de capa caida en la radio tradicional como la radionovela o el radioteatro adquieren, ahora, nueva dimensión a través del formato «podcast».Los nuevos usuarios, las nuevas generaciones digitales advierten ahora algo que resulta una obviedad: mientras el formato televisivo exige atención total a la pantalla y resulta complejo hacer una segunda actividad sin perder atención, el «podcast» sólo compromete nuestro oído y puede escucharse en el transporte público, o en ese espacio íntimo donde se satisfacen las necesidades fisiológicas más elementales (por poner dos espacios que se nos ocurren, así, sin pensarlo mucho…) No es extraño que el «podcast» viva su «edad de oro»… No creo que sea una moda. El podcast ha venido para quedarse…