(LOS ESPEJOS OCULTOS)
Año: 2020
Duración: 110 min.
País: Francia
Dirección: Marc Fitoussi
Guion: Sylvie Dauvillier. Novela: Karin Alvtegen-Lundberg
Reparto
Karin Viard, Pascale Arbillot, Benjamin Biolay, Lucas Englander, Laetitia Dosch, Louise Coldefy, Evelyne Buyle, Philippe Dusseau,
Sinopsis
Eve y Henri son un matrimonio francés viviendo en Viena. Forman una pareja aparentemente feliz, con un hijo en común, y llevan una vida privilegiada en el seno de un pequeño círculo francés afincado en la capital austríaca. Son «la crème de la crème».
Crítica:
Las apariencias, dirigida por el prestigioso guionista y director francés Marc Fitoussi, y basada en el best seller de la escritora y también guionista sueca Karin Alvtegen-Lundberg, es un film que podría convertirse con el tiempo en un clásico del cine por su madurez narrativa.
Marc Fitoussi (“Copacabana”, 2010; “Luces de Paris” 2014; “Selfie”2019) utiliza la cámara como observadora de los hechos y sigue las reacciones de los personajes sin efectos añadidos que puedan desvirtuar el realismo de la historia. El director desgrana con sutileza el retrueque y comportamiento de estos, los giros inesperados del argumento, la elegancia en el desarrollo, y, mezcla de géneros sin que ello perjudique un ápice al resultado final, ni merme el interés e intriga por seguir la historia que nos cuenta.
El film comienza como una comedia, mostrando un ambiente de acomodo burgués privilegiado, matrimonios que son espejo para la sociedad de personas satisfechas de sus vidas, pero que la sospecha de la infidelidad de uno de sus miembros, Eve, (Karin Viard) desembocará en una maquinación capaz de arruinarlo todo. Así, las emociones mandan, y los acontecimientos creados por la mente desarrollan su propia dinámica con resultados tan moralmente comprensibles como difíciles de controlar.
Las apariencias es una de esas películas que se degustan en cualquier momento sin que la sintamos pasada de época, porque lo que refleja, en el fondo, es una parte de la naturaleza del ser humano, desarrollada y potenciada por una sociedad cínica y egoísta donde lo que se muestra al exterior no siempre coincide con la realidad de puertas adentro de la familia, la pareja, la economía y como, en ocasiones, se lucha encarnizadamente por conservar lo que se tiene, a pesar, incluso, de que en esa luchase corra el peligro de perderlo todo.
Eve, el personaje principal, herida en su amor propio, pondrá en marcha sus defensas de una manera muy inteligente y sutil segura del éxito de su estrategia, sin tener en cuenta la táctica de su antagonista, por ese motivo, lo que empieza como una comedia amable pasa a convertirse en un melodrama de intriga con suspense, para acabar con tintes de cine negro en el que, ya sabemos, en la mayoría de casos unos ganan y otros pierden. Y no siempre ganan los que desearíamos.
Cuatro son los intérpretes principales que conducen esta historia y le dan fuerza y equilibrio al drama, Karin Viard en su papel elegante esposa que controla en cada momento la situación; Benjamin Biolay, en su papel de ambicioso director de orquesta y esposo de Eve, cumple, aunque quizá sea el que menos destaque por su frialdad interpretativa y falta de matices; Lucas Englander, por su papel perturbador de guapo obsesivo y desequilibrado; y la atractiva Laetitia Dosch, inquietante y enigmática que, con su dual personalidad y hermosa presencia todo se trasforma.
Una de esas películas que tiene tantos ingredientes positivos, tanto técnicos como artísticos que es difícil que defraude a alguien.
Pepe Méndez