Título original: Plus que jamais
Año: 2022
País: Francia
Dirección: Emily Atef
Guion: Emily Atef, Lars Hubrich
Reparto: Vcky Krieps; Gaspar Ulliel; Jesper Christensen; Bjorn Floberg; Liv Ullmann.
Música: Jon Balke
Fotografía: Yves Cape
Productoras: Eaux-Vives Productions, Mer Film, NiKo Film, Samsa Film
Sinopsis:
Helenne y Mathieu es un joven matrimonio que se aman y viven felices hasta que a Helenna le diagnostican una rara enfermedad, con la única posibilidad de curación de un doble trasplante. Aunque la pareja sigue amándose, ella adopta una inesperada postura que su compañero no comparte, buscar nuevas opciones de vida.
Crítica:
La profundidad que atesora esta película, y que trasmite al espectador de una manera irrevocablemente sentida, está en el triunvirato formado por los dos intérpretes “Vicky Krieps” y “Gaspar Ulliell” y la comunión con los sentimientos que la directora “Emily Atef” ha querido imprimir en su obra y que a partir de los veinte minutos afloran en cada secuencia.
Una película que habla de lo paralizante que puede llegar a ser para cualquier ser humano el anuncio de su posible e inminente desaparición, sobre todo, si ese ser es una joven, enamorada y correspondida en el amor, pero todavía no realizada por completo como persona, porque considera que aún le corresponde hacer muchas cosas que tiene pendientes en la obra de su vida.
Atef, en “Plus que jamais” hace una dolorosa una reflexión sobre la muerte, cargando la sintonía sobre el personaje de Helenne y sus aparentes extrañas decisiones, poco comprendidas por su esposo Mathieu, pero, por extraño que parezca, esta no es una película en absoluto que se cebe en producir sentimientos negativos o dolorosos ante la muerte, sino que, llevados por la firme convicción y entereza del personaje y, asumiendo y entendiendo el espectador el tránsito que a Helenne le ha tocado vivir, nos invita a pensar, durante gran parte de la proyección, en la belleza de todo lo que nos rodea y la importancia de recrearnos en contemplar, disfrutar y vivir cada momento que se nos ofrece, así que, pudiendo ser una película tristona se convierte en una reflexión positiva, que enaltece y nos invita a valorar la pasión por la vida.
En esa trascendente meditación sobre nuestra caducidad, Atef nos invita a través de un discurso narrativo lleno de imantada sutileza, a respetar las drásticas decisiones del dolorido personaje, a pesar de que nos pueden parecer, como a su esposo, Mathieu, las más ilógicas y amargas.
Todos los sentimientos que pueden ser captados, en esos momentos trascendentes llenos de dolor y vida, son trasmitidos a través de ese delicado rostro de Vicky Krieps, retratada magistralmente por la cámara de Yves Cape, cuya figura de la actriz emerge, entre la dura belleza del paisaje noruego, temblorosa como una gota de agua de rocío en el pétalo de una rosa.
Película cuyo magnetismo nos atrapa a medida que avanza la historia, y nos hace enamorarnos del personaje como de la vida misma.
Pepe Méndez
Debe estar conectado para enviar un comentario.