(El AMOR COMO ESENCIA de TODO)

Año: 2021

Duración: 121 min.

País: España

Dirección: Benito Zambrano

Guion: Benito Zambrano, Cristina Campos. (Novela: Cristina Campos).

Fotografía: Marc Gómez del Moral

Reparto:

Elia GaleraEva MartínMariona PagèsMarilu MariniTommy SchlesserClaudia FaciPere Arquillué, Pep Tosar.

Sinopsis:

En un pequeño pueblo de Mallorca, Valldemosa, Anna (Eva Martín) y Marina (Elia Galera), dos hermanas que fueron separadas en su adolescencia, se encuentran de nuevo para vender una panadería que han heredado de una misteriosa mujer a la que creen no conocer.

Crítica:

La irrupción de Benito Zambrano en el cine fue exitosa y afortunada, con una película modesta «Solas» austera en el lenguaje pero verdadera en la intención, y acertada en el momento social, que el público reconoció como un auténtico lamento de mujeres. En sus posteriores obras ha ido dominando el lenguaje del medio, imprimiendo, dentro de la austeridad que imponen sus obras, una estética mas pictórica y refinada. En «Intemperie» la tosquedad de los personajes y la aridez del paisaje retratado por Pau Esteve Birba, la convierten en un verdadero Western que para mi, supera la novela de Jesús Carrasco.

Ahora, Benito Zambrano, en un nuevo ejercicio de buen cine y muestra de superación continua, nos presenta esta magnífica adaptación de la novela de Cristina Campos, una historia de miembros de familia alejada, hermanas con misteriosa y áspera relación que luchan por reencontrarse, de mujeres con callos en el alma, pero honda ternura en el corazón, -aunque el personaje de apariencia más fuerte contenga su emotividad herida para ocultarla- y de intento de superación en los avatares del camino, que se presentan en forma de extraño pasado, nunca esclarecido hasta el momento, cuyas páginas en blanco se llenaran de contenido mientras entre Marina y Ana se desarrolla la vida en el presente (implicando en ese presente plenamente la emotividad del espectador) y van abriendo ventanas por donde se colará la luz que irá clarificando a Ana la verdad, y motivos ocultos insospechados de una relación estancada en la frialdad durante años.       

El film, construido básicamente sobre personajes femeninos, derrocha fuerza y entereza, dignifica el sacrificio del amor, y enaltece la lucha y tenacidad de las personas que intentan que aflore la vida en libertad y desaparezcan ciertos estigmas que revolotean misteriosamente alrededor de los personajes.

Estigmas, que durante siglos han culpabilizado a las madres solteras, a las mujeres sin derechos, a las adolescentes de todas las épocas que, debido a su fragilidad y circunstancias, han sido subyugadas con engaños y arrojadas después al estiércol moral de una sociedad que, sobre todo en las zonas rurales, era dominada por la iglesia y la mojigatería. Y, precisamente, Zambrano sitúa el denso drama, consecuencia del costumbrismo mal empleado y la moral deshumanizada, en un medio rural: Valldemosa, (un bello pueblecito de Mallorca, donde F. Chopin y George Sand, subyugados por su paisaje, eligieron quedarse el invierno de 1838, pero tuvieron grandes problemas con los habitantes del lugar, debido a que, curiosamente, no les gustaba la manera de vestir ni el excéntrico comportamiento de los forasteros)  para mostrarnos que ahora, no hace tanto tiempo se adoptaban comportamientos no tan alejados de aquellos y que, de aplicarse en la actualidad avergonzarían al que lo hiciera y a su entorno.

La película también plantea en segundo término cuestiones muy actuales de política social, ciertos chanchullos económicos, el poder dominante del hombre en la familia y, la casi obligada subyugación al marido de la esposa que no tiene independencia laboral, y sobre todo, el inherente machismo lobezno que se pone el disfraz de cordero cuando le interesa. Pero, sobre todo, la película es un canto al amor.  

Aparte de los paisajes, la historia está llena de fuerza, entereza y humanidad, con algunas dosis románticas que equilibran situaciones mas amargas y, sobre todo, acompañan el drama unas actuaciones maravillosas que nos atrapan y nos hacen creer lo que estamos viendo, destacando sobre los demás a una atractiva Elia Galera, que no nos cansamos de mirar, y a una magistral e irreconocible Claudia Faci, en un papel que parece inspirado en la gran Lola Gaos, que impregnan de autenticidad lo que nos cuenta , así como en el hermoso, y a la vez, áspero lugar donde ocurre.  

Pepe Méndez