Año: 2020
Duración: 98 min.
País: Francia
Dirección: Anne Fontaine
Guion: Claire Barré, Anne Fontaine. Libro: Hugo Boris
Reparto
Virginie Efira, Omar Sy, Grégory Gadebois, Peyman Moaadi, Elisa Lasowski, Anne-Pascale Clairembourg, Cédric Vieira
Sinopsis
Virginie, Erik y Aristide, tres policías parisinos, se ven obligados a aceptar una misión poco habitual: reconducir a un extranjero a la frontera. Durante el camino al aeropuerto, Virginie entiende que si el prisionero pone un pie en su país de origen sufre el riesgo de morir. Frente a dilema moral, intenta convencer a sus colegas de que lo dejen escapar.
Crítica:
La película se presenta con la clara intención de llenar de humanismo a unos seres uniformados que cumplen órdenes sin ni siquiera tener la opción de plantearse si son justas o no, y de esa manera acercarnos comprensivamente al ser que hay dentro de ese uniforme. Cada policía, como cualquier otra persona, tiene su propia historia que contar: su encaje o desencaje familiar, su soledad, su manera de explayarse y huir de los problemas del trabajo y hasta de los compromisos contraídos con su pareja. En algún caso, no sabemos si son unos inadaptados o es el tipo de trabajo que ha ido creando esa inadaptabilidad.
En Police, las historias revolotean en un buenismo perturbador y poco comprensible. Quiere abarcar mucho y se pierde en la casi nada.
El personaje central lo interpreta la magnética estrella belga/francesa Virginie Efira que intenta dar un brillo especial entre el resto de compañeros masculinos, pero desgraciadamente no llega a deslumbrar porque su personaje en el guion está confusamente desarrollado, es algo opaco y en ningún momento se intenta esclarecer el motivo de esa opacidad. Hay una disposición de entrega honesta en cumplir sus deberes de policía en contraposición con el desorden conyugal y entrega a su vida familiar, sin que haya motivo aparente para ello.
Sabemos que los films que abordan de una manera coral este género de temática policial, por lo general plantean resolver varios conflictos que se cruzan a la vez, pero básicamente se centrarán en uno como eje principal, y, esa es la regla dramática que sigue esta película, aunque, a pesar del tema moral y humano que encierra la tarea de cumplir una misión que se sabe injusta, y por tanto, tomada la conciencia más como personas que como policías, el grupo se planteará estrategias para no llevarla a cabo, enfrentándose incluso a su superior, hecho que se nos antoja difícil e improbable. Por eso y por otros motivos, la historia deja de ser creíble y pierde gran parte de esa tensión emocional que se intenta crear, aunque también por un alambicado y desmesurado control del tiempo cinematográfico en el desarrollarlo de esa parte principal que pretende ser el sostén del film sin conseguirlo.
El empoderamiento que la directora Anne Fontaine pretende otorgarle a Virginie dentro del cuerpo de policía, impregnado de una especial sensibilidad de mujer rodeada de un mundo de hombres curtidos, no logra crear arraigo por su manifiesta volatilidad en los temas sentimentales, que les resta integridad y carácter, así que, pudiendo ser un puntal armónico dentro de la historia termina por parecer una buena persona, pero débil y pasajeramente influenciable.
Nos quedamos con la sensación de haber estado contemplando un revoloteo de pajarillos sin llagar a saber si eran golondrinas o vencejos.
Porque como pareja, Virginie Efira y Omar Sy, tampoco son convincentes, aunque cada uno, individualmente, esté fuera de duda su gran magnetismo en la pantalla. Demasiados personajes que, al final, como el chiste del gallego en la escalera, tampoco sabemos si suben o bajan.
Pepe Méndez
