Bienvenidos a la Gotham mas autoral y siniestra hasta la fecha
El caballero oscuro vuelve a las pantallas en un nuevo reinicio de la saga. Muchos espectadores pueden pensar que la formula genérica de superhéroes está agotada. Desde hace tiempo se suceden filmes con patrones muy parecidos, con ligeras diferencias entre ellos. Pues bien, el Batman de Matt Reeves viene a romper la baraja con una apuesta muy personal. Un film noir arriesgado, un thriller grunge, con toques de terror e investigación. Es una propuesta densa, coral, donde Gotham brilla con derecho propio, con marcados rasgos de autoría y una fotografía emocional que juega con los contrastes y la densidad. Es el Batman más autoral y antiblockbuster que he visto hasta la fecha. Eso sí, aviso que este no es un viaje apto para todos los públicos. Es un filme que se centra en la investigación criminal, donde la acción no es el principal protagonista. Su duración alcanza casi las 3 horas y tiene un tercer acto que, aunque se antoja necesario para cerrar las tramas y prepara la siguiente entrega, baja el listón del filme en general. Así que Batman (2022) puede resultar un filme difícil o tedioso para aquellos que buscaban una aventura ligera o un film de superhéroes a los que últimamente nos tienen acostumbrados, no se permite bromas ni peleas superfluas.
El guion está firmado por el propio Mat Revees y Peter Craig. Sus principales referencias a la hora de construir la atmosfera y la trama de esta película son tres comics: “Batman: año uno”, “Batman: ego” y “El largo hallowen”. De “Batman:ego” podemos destacar el trabajo psicológico del personaje. Un Batman sombrío, torturado, que duda, enfrentándose a su propia bestia que es a su vez su propia terapia. Un personaje marcado por la venganza y el miedo como principales valedores. Algunos de los mejores diálogos del filme brotan de estas ideas. Del comic “El largo hallowen” destacamos la trama detectivesca y mafiosa que es una autentica delicia y le da al relato ese tono de cine negro que tan bien se fusiona con sus protagonistas. Y del “Batman: año uno” una pátina de realismo, así como los inicios de sus aventuras con Catwoman y el comisario Gordon.
Si hablamos de sus referencias fílmicas, David Fincher y su “Seven” están omnipresentes, los criptogramas del sociópata, el propio antagonista del film The Ridler (enigma), su ritmo denso y la perfección de sus composiciones. Alguna que otra escena del film parece un homenaje a la obra de Fincher. De hecho en algunos momentos parece un film de Fincher. Tampoco debemos olvidarnos del “Taxi driver” de Scorsese por su ambientación. El propio director ha confirmado que se inspiro en ella para la creación del guion. E incluso por momentos la maravillosa “Chinatown” de Polanski parece gravitar en algunas tramas.
Uno de los grandes aciertos de la película es la atmosfera que el equipo ha conseguido darle a toda la ciudad de Gotham. Esta vez inspirándose en las calles de un Londres gótico, así como en la línea de rascacielos de Manhattan. La luz crea los espacios en Batman, la noche se apodera de todo impregnándolo de una violencia y un miedo que se hace más denso a medida que avanza la historia. Las dos primeras escenas son una introducción perfecta de los polos y del ambiente por el que nos vamos a mover.
La trama sin entrar en detalles trata de un Batman inexperto enfrentándose a un misterioso asesino mientras descubrimos un entramado de corrupción y decadencia de las clases poderosas de Gotham. Una decadencia que llegará a salpicar el propio pasado de Bruce Wayne. Lo cual deja entreabiertas las posibilidades para reflexionar en los posibles problemas mentales de Batman.
El film dispone una clasificación por edades de 13 años pero es sorprendente como el director ha jugado con ese límite.
Es un film para adultos, que guarda inteligentemente las imágenes y conceptos más escabrosos para tu imaginación. Porque si una cosa tiene esta película es una elegancia visual, un detallismo y una belleza formal que embriaga. Es un ejercicio estético de alto nivel y no tiene nada que ver con cualquier fotografía que hayamos visto de un film anterior de Batman. Su director de fotografía Greg Fraser se coloca como unos de los más altos exponentes de la actualidad con este trabajo. No olvidemos que este año ha sido nominado al Oscar por su fotografía en la reciente “Dune”.
Fraser escoge el aspect ratio 2.39 : 1 y la Arri Alexa LF y la Alexa mini Lf para dotar de grandiosidad al film. Son las cámaras ideales para emular el 65mm con la mejor colorimetría actual. Esta vuelve a brillar por su sensibilidad y textura. Además, coloca las ópticas Arri Alpha anamórficas, que destacan por esos desenfoques tan característicos y únicos, con bokehs ovalados. Hay un empleo muy inteligente de las distancias focales. Y esta vez se usan teleobjetivos muy acusados para retratar a sus protagonistas. Lo que dota de un ambiente intimista con desenfoques muy radicales en muchas ocasiones. El trabajo de fotografía crea una oscuridad intrigante, dramática, salpicada de luces vaporosas, neones. El empleo de luces en los propios decorados para crear puntos de sobrexposición y luces suaves elegantes para compensar el contraste y fijar la atención de los puntos fuertes de la imagen. Es un film con textura, con diferentes capas de oscuridad. Hay una clara intención de emular las sensaciones del look fílmico de la película analógica por eso tenemos en el trabajo de color a un experto como David Cole. Dispone de un postprocesado muy especial. Donde se rueda todo el film en digital y posteriormente se escanea a película con un efecto Bleach by pass y se vuelve a digitalizar para dotarle de una mayor densidad, más grano e incrementar el contraste. Además de darle la organicidad tan característica del analógico. Un proceso parecido, pero sin saltarse la etapa de blanqueo, lo práctico el mismo director de fotografía en «Dune», que tiene una estética muchísimo más limpia.
El filme intenta colocarte lo mas cerca de la acción posible, juega con las sensaciones, te coloca en diferentes ángulos. Podemos ver el humo, la lluvia, los reflejos, los puntos de vista de Batman. Pero no mueve la cámara de manera gratuita. La cámara se mueve cuando es realmente importante haciendo que el conjunto del montaje gane. Eso diferencia las escenas de acción de las que solemos ver en el cine actual. Así que los momentos de violencia brillan porque están maravillosamente acompasados por la luz, creando efectos dramáticos. Confieso que las escenas de combates me han parecido soberbias. Por no decir que tiene una de las mejores persecuciones en coche que se han rodado estos últimos años. No os perdáis la presentación y persecución del batcoche, un personaje más de la película filmada con maestría.
The Batman tiene un empleo inteligente de los colores, dispone de una paleta de tonos cálidos, con sobrexposiciones saturadas donde el rojo cobra especial importancia psicológica. Todo este maravilloso trabajo hace que te sumerjas en la ciudad y su decadencia, en los conflictos emocionales de los personajes y en la trama general.
Hay que mencionar que Greig Fraser vuelve a utilizar la tecnología del StageCraft de Industrial Light and Magic. Una de las revoluciones en platós con pantallas de Led que emulan todo lo que se ve y que están acompasadas con el punto de vista de la cámara. Es decir, los actores pueden sumergirse como si estuvieran en la escena. La técnica recuerda a los retroproyectores pero está muy mejorada. El director de fotografía conoce bien el Stagecraft porque ya lo empleo de forma sobresaliente en la serie “The Mandalorian”. Lo podréis advertir sobre todo en los atardeceres y en algunas escenas de interiores con vistas al exterior. Aun así, la mayoría del film esta rodada en localizaciones realistas y de noche. Lo que es un auténtico gozo, apenas hay excesos de efectos digitales. Personalmente solo me molestó una caída del personaje que se advierte completamente digital.
Si hablamos del elenco debemos decir que todos sus personajes funcionan como un reloj. Tenemos algunos que resaltan especialmente. Zoe Kravitz como la mejor catwoman que hemos podido ver en pantalla y con una química sensacional con Robert Pattison. Colin Farrell como el pingüino esta soberbio, una caracterización tremenda y llena de personalidad. Mención especial se la lleva John Tuturro como Carmine Falcone, cada vez que sale eclipsa a los demás. Tuturro llena la pantalla, es estupendo. Mas comedidos tenemos a Jeffrey Wright como James Gordon y Andy Serkis como Alfred Pennyworth, que hacen su papel sin problemas, pero sin demasiadas luces. Son personajes empleados de manera mas instrumental. Finalmente tenemos al protagonista que es Robert Pattison, inspirándose en Kurk Kobain, en su Batman más emo, gótico y grunge de espíritu. Que nos recuerda a una extensión vampírica y atormentada de otros papeles que ha rodado. Tiene un arco de transformación que tarda mucho en aparecer. Seamos sinceros ir enmascarado y estar traumatizado casi 3 horas no favorece a la expresividad y tampoco ayuda a cogerle mucha simpatía. Aun así, este es el Batman que más a gusto se siente enfundando su traje. Huye de la fama y su alter ego millonario es simplemente una molestia superflua. Lo cual es muy interesante y nos muestra a un Batman inédito hasta la fecha.
El trabajo de arte es muy sólido, el vestuario, el maquillaje, las localizaciones, el atrezzo, todo roza la perfección y hace que te hundas más y más en esta decadente Gotham.
En el apartado musical no puedo dejar de asombrarme ante el trabajo de Michael Giacchino. No lo tenia nada fácil después de las increíbles aportaciones pasadas del estudio de Hans Zimmer o de Danny Elfman, que gravitan en el inconsciente colectivo de anteriores Batman. Sin embargo ha compuesto unas piezas llenas de emotividad, con muchos matices, ritmos elegantes y pausados que viajan hacia iteraciones propias del cine negro o del terror y que saben escalar su tempo. Son poderosas y se mueven entre la oscuridad y la esperanza. El tema principal es una buena muestra de ello. No olvidemos la pieza de Catwoman con un toque jazzístico de piano y cuerdas, que embruja por su atmosfera de cine negro y femme fatal (aunque su personaje no lo sea). La banda sonora se mueve entre diferentes corrientes, una de ellas el “Ave Maria” de Schubert modernizado, en el que sientes la desesperanza y la injusticia cometida hacia los huérfanos. Y que tiene algunos ecos en una especie de versión retorcida para el antagonista Enigma. Y en la otra corriente tenemos el “Something in the way” de Nirvana, que es el tema enfocado a entender la oscura psicología de Batman. Son temas de una capacidad emocional increíble y potencian las imágenes. Si bien es cierto que es un film donde la música esta muy presente y es posible que llegue a ser agotadora para algunos espectadores.
La traducción al castellano presenta algún problema en los acertijos que pueden llegar a despistarte. Así que recomiendo verla en su versión original. Y por supuesto es un film para ver en una sala grande y con la mejor dotación de proyector y sonido posible.
Bueno, si habéis llegado aquí podréis comprender que he disfrutado muchísimo del film. Su poderosa fotografía me ha cautivado y confieso que me encanta el cine negro. Desde mi punto de vista esta muy por encima del cine actual de superhéroes, que en la mayoría de las ocasiones encuentro agotado.
Pero como se dice en uno de los diálogos del film “que el árbol no te deje ver el bosque”. Este Batman tiene también algunos problemas. Pequeños errores de guion, momentos que si te detienes a pensar resultan inverosímiles. Tampoco puedo negar que no es un film realista, aunque todo acompañe en esa dirección. No es posible creer que Robert Pattison pueda aguantar todos los embates sino aceptas que es un superhéroe con un traje que le dota de superpoderes. Para muchos es un Batman inaceptable porque no se mueve entre las sombras, sino que busca la acción directa y tampoco entienden su manera de proceder. Además, el tercer acto del film no consigue despegar, pero entiendo que es necesario para cerrar el film. Y es que necesita cerrar varias tramas lo cual da la sensación de que no acaba de terminar nunca. Aun con todo encontrareis algunas de las imágenes más emotivamente hermosas en el final y deja todo preparado para la siguiente entrega. Ya que este Batman está pensado como una trilogía.
Resumiendo, un justiciero oscuro que busca venganza ha vuelto a las calles. Tiene una personalidad única y mucho que aportar. Ha generado un debate sobre si es mejor que “The dark Night” de Nolan y eso es una estupenda noticia. No es un filme apto para todos los públicos y muchos no podrán entrar en la propuesta. Pero estoy convencido que deleitará a los amantes del cine negro y del thriller y paradójicamente a los que gustan del cine David Fincher aunque la película este firmada por Mat Revees. Bienvenidos al Gotham más siniestro y de autor visto hasta la fecha!
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