( Clase de: «No saber lo que se quiere») o Mañana será tarde.

Cartelera España22 de julio/ Cines [200]

Año: 2022/ España

Dirección: Laura Mañá

Guion: Pol Cortecans, Laura Mañá. Historia original: Pablo Solarz

Música: Alfred Tapscott

Fotografía: Sergi Gallardo

Reparto

Belén CuestaHugo SilvaDiego MartínJoaquín ReyesEric MasipÀngela Cervantes

Productora

Arcadia Motion Pictures, Athos Pictures, Institut Català de les Empreses Culturals, ICAA

Sinopsis

Diego quiere separarse de su mujer, Lucía, pero no sabe cómo decírselo. Está harto de sus neuras y sus quejas constantes, y hace tiempo que ha perdido la chispa que le enamoró. Incapaz de decírselo a la cara, recurre al Cuervo Flores, un afamado seductor “de los de antes”, que intentará enamorar a Lucía para que sea ella quien termine con su matrimonio.

Crítica:

  Laura Mañà nos va regalando películas en las que alterna su compromiso social, sean propuestas con visión y trasfondo de actualidad como, “Morir en Sant Hilari” (2005), “Ni Dios, ni patrón, ni marido” (2010), o las revisiones de personajes históricos femeninos de nuestro país con ideales de gran carga liberalizadora de atavismos familiares o sociales de nuestro pasado más reciente, tan brillantes como las de “Clara Campoamor”(2011); la de “Concepción Arenal, visitadora de cárceles” (2012), o mas recientemente, una visión sobre la primera ministra anarquista de la república “Federica Montseny” (2021). Entre película y película con temática de compromiso social,  la directora ha querido mostrar su versatilidad ofreciéndonos algunas comedias ligeras tirando a   sentimentaloides pero relajantes, envueltas en la sátira y el humor como en ”Te quiero imbécil” (2020), una película que sin ser redonda ni pretender mensajes trascendentes, tiene la virtud de ofrecernos algunas escenas divertidas, llenas de energía y, al final, muestra los sentimientos reprimidos de una manera provocadora que la hace simpática, aparte de que las interpretaciones de Quim Gutiérrez y Alba Ribas están muy bien en sus personajes, pero sobre todos, Natalia Tena y Ernesto Alterio bordean la excelencia y terminan siendo encantadores.

Ahora, Laura Mañà nos ofrece otra comedia de sentimientos reprimidos -que tienen su fuente principal en la falta de valentía por expresar, a la pareja con la que se convive, que ya no aguanta más su mal carácter- con muchos momentos simpáticos llenos situaciones difíciles que algunos matrimonios reconocerán haberlas vivido, encalladas en el sarcasmo y la sátira, y que la directora resuelve con naturalidad dejando a los personajes crear sus propias inseguridades y torpezas, para hacerlos humanos e imperfectos y así nos parezcan creíbles.

Un novio para mi mujer es un remake de la película argentina del mismo nombre dirigida por Juan Taratuto en el 2008, y para mí, la actual versión española de Laura Mañà supera a la del argentino en gracejo, en situaciones rocambolescas, en puesta en escena y en modernidad. También la acertada fotografía de Sergi Gallardo, de colores vivos, pero sin estridencias, ayudan a sumergirnos en la trama de la comedia de una manera amable, como llevados por la corriente de un rio, a veces atrapados por el humor simple -algo surrealista por momentos- y otras, por la mordacidad que surge de la torpeza de los personajes cercanos a la caricatura. 

Partiendo siempre del principio que esta es una comedia ligera, sin más aspiraciones de trascendencia que la de pasar un rato divertido y poder comentarla relajadamente con los compañeros, a la salida de la sala, y recordar con humor algunas insólitas situaciones con las que se han enfrentado los personajes, -en parte por su mezquindad- quizá, también convendría advertir algunas sugerencias a la reflexión -aunque sea de soslayo- que nos hacen los personajes sobre los comportamientos en las relaciones de pareja; sobre la falta de sinceridad, sobre la cobardía de no expresar nuestros verdaderos sentimientos cuando estos son negativos,  por temor a la reacción del otro, y sobre como saber reconocer los valores de la persona que tenemos a nuestro lado, antes de que la perdamos para siempre.

Ayuda mucho a seguir la trama las felices interpretaciones que hacen los actores de sus personajes, alguno, como en el caso de Hugo Silva, encarnando al ex-seductor Cuervo Flores, en un papel de pura caracterización de ida y vuelta, que enriquece con versatilidad llena de acierto. Aceptable Diego Marín en el papel de marido de la maniaco-depresiva Lucía, que encarna con brillantez una Belén Cuesta, que demuestra aquí, como en cada papel que le hemos visto interpretar, la gran actriz que es, y cuanto la quiere la cámara. Así como su capacidad para trasmitirlo al espectador.

Yo aconsejo no hacer demasiado caso a las críticas de puntuaciones bajas. Esta es una película bien construida, con buen ritmo, amena y divertida. Tiene su chispa!!!

Pepe Méndez