(REÁMPAGO SOBRE EL AGUA)

Título original: Mothers’ Instinct

Año: 2024

Duración: 93 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Benoît Delhomme

Guion: Sarah Conradt-Kroehler. Novela: Barbara Abel

Reparto: Jessica Chastain, Anne Hathaway, Josh Charles, Caroline Lagerfelt.

Música: Anne Nikitin

Fotografía: Benoît Delhomme

Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; 

Freckle FilmsACEMosaic Media GroupVersus Production. Distribuidora: Neon

Género: IntrigaDrama | Años 60RemakeAmistad

Sinopsis

Alice (Jessica Chastain) y Celine (Anne Hathaway), tienen un vínculo de amistad tan grande que se sienten como hermanas. Disfrutan de esa amistad y comparten fiestas y amigos. Son esposas y madres modélicas de la sociedad pujante de los años sesenta. Esa felicidad se destruye a raíz de un trágico accidente de uno de los hijos. Un sentimiento de culpa y reproche que se convierte en paranoia va llevando tenebrosamente a la destrucción de esa amistad hasta llegar a la angustia.

Crítica:

La primera adaptación de la novela de Bárbara Abel, “Instinto maternal” es una producción belga dirigida por Olivier Masset-Depasse en 2018, con dos buenas actrices, aunque no muy conocidas: Veerle Baetens y Anne Coesens.

Olivier Masset logró con esta película crear una tensión que va en aumento, consolidando un suspense perfumado a lo Hitchcock, denso y compacto, con un final frio y estremecedor. Introduzco este comentario a la crítica del remake realizado por Benoït Delhomme, que se ha estrenado esta semana, porque recomiendo a todo aquel que vaya a ver Vidas perfectas, que no se pierdan la de Olivier Masset-Depasse.

Y antes de seguir quiero introducir otro matiz; viendo ambas películas considero que no tiene mucho sentido que cinco años después de la producción belga, se haga esta nueva versión de Instinto maternal (ahora con el título de Vidas perfectas) si no fuese por el gustazo de ver la exhibición interpretativa que hacen Jessica Chastain y Anne Hathaway. Pongo en duda el valor de este remake porque, aparte de las interpretaciones, no aporta absolutamente nada nuevo, ni una situación, ni una frase ni un giro dramático, ningún atisbo de originalidad artístico o técnico. Analizadas ambas, y al margen de los actores, Vidas perfectas parece absolutamente la misma película, copiado plano por plano, palabra por palabra de la realización belga del 2018. Cambia la situación geográfica (EEUU por Europa) aunque se copia la escenografía y, el papel de la mujer en la nueva versión pasa por el tránsito de convertirse de naif a casi gótica.

En cualquier caso y sobre todo, como el cuerpo dramático tiene mucha densidad humana, en el sentido que deriva hacia la sinrazón y está narrada con un suspense in crescendo, atrapa al espectador hasta un sorprendente final. Del film podemos abstraer un buen estudio de personajes cuyo comportamiento, dominado por el instinto animal, deriva en la obsesión, la paranoia y la pérdida de la conciencia y capacidad de discernir el bien del mal.

Vale destacar que Benoït Delhomme, en su doble función de director del film y la vez dirección de fotografía, consigue un buen look de imagen de los años sesenta en esta faceta de cromatismo fotográfico de esa época, que ayuda a seguir la historia desde la distancia del tiempo.

Pepe Méndez