Del 4 al 7 de octubre se ha celebrado nuevamente en Barcelona la reunión internacional de la distribución y exhibición cinematográfica CineEurope, que este año celebraba su 30 aniversario. Después de una edición virtual obligada por la pandemia, esta ha sido la expresión de una decidida voluntad de reanudación de la exhibición cinematográfica, con la mirada puesta en un 2022. Un año que viene que se pretende que cierre los graves efectos negativos causados ​​por las restricciones sanitarias de movilidad primero y de aforo posterior, que finalizarán en breve en nuestro país.

Demostración de ello ha sido la participación y presentaciones de las futuras estrenos por parte de todas las grandes productoras estadounidenses -con presencia sorpresa de Tom Cruise incluida. Unas mayores que, con la intervención del presidente de la Motion Pictures Association, MPA, Charles Virk desde el mismo auditorio del CCIB, trasladaron un claro mensaje de optimismo y de recuperación para el sector. Junto con las mayor, el organismo de proyección internacional del audiovisual francés, Unifrance y Creative Europe Media presentaron conjuntamente un total de diecinueve producciones europeas, de muy diversos géneros y estilos, que pronto irán llegando a las pantallas del continente.

Se tiene cada vez más claro que el éxito y la sostenibilidad de las salas de cine pasa por la diversificación de su oferta, combinando acertadamente las grandes producciones internacionales -mayoritariamente estadounidenses- con las del mismo país y del resto de Europa. Precisamente, una de las mesas redondas del CineEurope estuvo destinado a esta cuestión, preguntándose por el papel del cine «local» de cara al futuro. Un cine «local» que en estados como Dinamarca, República Checa, Francia, Italia, Rusia o Polonia supuso aproximadamente la mitad del negocio del año pasado. Un éxito que, lógicamente, es el resultado de un acertado trabajo en común con los otros dos sectores clave de cada territorio: la producción y la distribución.

Con la inminente finalización de las limitaciones de aforo y la reorientación de las futuras producciones en el estreno en salas de cine, el próximo año debería ser el definitivo punto de arranque de una nueva y esperanzadora etapa para el exhibición cinematográfica, junto al continuo crecimiento del consumo audiovisual en línea. Tras varias apuestas para limitar o incluso ignorar la ventana de la pantalla grande en la explotación comercial de un filme, tras este CineEurope parece claro que el futuro pasará por una complementariedad entre salas y plataformas, pero en ningún caso por una sustitución. Pero para que sea altamente beneficiosa para la exhibición, ésta debe continuar innovando y trabajando a fondo la experiencia social de ir al cine.

Revalorizar las salas de cine

En el espacio comercial del CineEurope, se pudieron captar cuatro tendencias vinculadas a las salas de exhibición cinematográficas, todas ellas orientadas a reforzar la experiencia gratificante para los espectadores. Tres de ellas tienen no son de ahora, aunque cada año se presentan muchas novedades y mejoras: el confort en las salas, la proyección y la sonorización, y la digitalización de todos los servicios relacionados con las salas de cine, con el público como centro de todo. Tres tendencias que cuentan con protagonistas catalanes o con sede en Cataluña que estuvieron presentes en este CineEurope. Así se pudieron ver -y probarlo los nuevos modelos de butacas del grupo Figueras, los equipos de sonido de Kelonik o los servicios integrales de CinemaNext del grupo Ymagis.

A estos tres si la ha sumado un cuarto, que es transversal en todas las actividades económicas y que está ganando protagonismo en todos los sectores de la industria audiovisual: la sostenibilidad y la apuesta medioambiental. Al ahorro energético y la reducción de generación de residuos -las lámparas que se deben ir sustituyéndolo que aportan los nuevos equipos láser, se le suma una decidida voluntad de reducción de residuos y reciclaje de los mismos, en todo lo que tiene que ver con la oferta de restauración. Una oferta que hace años que va mucho más allá de las palomitas y las bebidas azucaradas. Una apuesta por la lucha contra el cambio climático en la que las salas de cine pueden y deben hacer bandera. Precisamente con respecto a la oferta alimentaria, también había novedades catalanas orientadas al consumidor de productos «bio»: Zanuy presentaba una nueva gama de nachos ecológicos y también de maíz para hacer palomitas.

Recuperar el público joven: dos iniciativas francesas a seguir

En un estudio realizado justo antes de la pandemia se advertía que la asistencia a los cines de público adolescente y los jóvenes-adultos (edades entre 15 y 25 años) había disminuido y, además, sus preferencias se habían inclinado en favor del cine estadounidense en lugar del francés.

A partir de ahí nació una iniciativa público-privada, Futur@Cinema, que desde el año pasado ha ido promoviendo propuestas dirigidas a incentivar el interés de los jóvenes hacia las salas de cine. Siguiendo el hilo que comentábamos antes sobre CineEurope, los diez proyectos seleccionados que han estado trabajando durante estos meses pretenden reforzar la experiencia compartida de ir a los cines, y tendrán una presentación final el próximo mes de diciembre, en el Film Festival Les Arcs. Todos ellos tienen los móviles como herramienta básica de conexión con los jóvenes, ya sea con una oferta específica de podcast, videojuegos o de gamificación de la ida hacia el cine, con el uso de la realidad aumentada.

Hace poco, el CNC ha creado un fondo específico para el desarrollo de la cinefilia entre el público joven, dirigido directamente al sector de la exhibición y de implementación inmediata. A grandes rasgos, este fondo público quiere dinamizar las estrategias de comunicación de las salas de cine en internet y las redes sociales y la promoción de acciones y eventos específicos para esta franja de edad: sesiones especiales, talleres, concursos … Además, el fondo pretende dinamizar los diversos programas de educación audiovisual existentes como «Lycéens au cinema» que quedaron muy tocados por las restricciones a los cines causadas por la pandemia. Unos programas educativos integrados en la actividad docente desde hace muchos años y que, vale la pena volver a subrayar, tienen un positivo efecto de generación de nuevos públicos.