Los históricos fusilamientos que el pintor Francisco de Goya inmortalizó en «El 3 de mayo en Madrid» cobran vida en un cortometraje dirigido por Carlos Saura, cuya cinta se pasó ayer tarde en el teatro Cervantes de Málaga donde se le hizo entrega de la biznaga de honor al director oscense que fue entregada por la joven directora «Goya 3 de mayo»Carla Simon la cual enumeró un sin fin de agradecimientos que iba leyendo desde el atril de numerosas personas pertenecientes al mundo de la interpretación, dirección y producción española, un acto pesado y reiterativo al cual aludió el propio Saura.
Él, con una impecable educación dijo que aun está vivo de milagro y que actualmente es curioso como despierta más admiración que en otra época. El hacer cine fue por su amor a la música, pintura, escritura, y el cine puede permitirle que englobe todo esto. Se es sabido su fascinación por Goya y por eso este documental.
A lo largo de los 14 minutos de duración del documental, Saura hace un viaje en el tiempo hasta aquel día de 1808 donde en una de las laderas de la montaña de Príncipe Pío -y con la ciudad de Madrid en llamas al fondo- las tropas francesas fusilaron a varios de los patriotas detenidos después de su alzamiento el día anterior y que desencadenó el estallido de la Guerra de la Independencia.
El cineasta reinterpreta en lenguaje audiovisual los momentos previos que dan lugar finalmente esa histórica imagen gracias a un cuidado juego de luces, un minucioso trabajo de fotografía y una banda sonora, obra de Alfonso G. Aguil, que, junto al sonido de los tambores de Calanda, subrayan aún más la tenebrosidad y el dramatismo de una secuencia inmortalizada por el genio de Fuendetodos.
Pero para llegar a esa icónica imagen final, Saura propone al espectador un viaje que comienza con una inmersión en el horror de la guerra a través de las brutales imágenes plasmadas por Goya en su colección de grabados titulada «Los desastres de la guerra».
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