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Año: 2023

Duración: 84 min.

País: Reino Unido

Dirección y guion: Charlotte Regan

Reparto: Lola Campbell, Harrys Dickinson, Laura Aikman, Ambreen Razia, Ashek Akhtar

Fotografía: Molly Manning Walker

Sinopsis:

Georgie, una niña soñadora de 12 años, vive sola y feliz en su piso de Londres, llenándolo de magia. De repente, aparece su padre separado y la obliga a enfrentarse a la realidad.

Crítica:

Charlotte Reagan en su ópera prima nos ofrece una narración con ingredientes de fábula y crudo realismo a la vez, pero contada con un derroche de candor y ternura que nos limpia el alma de tensiones y prejuicios de género. Esa ausencia de dramatismo en la soledad de dos seres inmaduros, un joven ausente y poco preparado para ejercer de padre que pretende hacerse cargo de su hija de 12 años al enterarse que se ha quedado sola, aunque ella rechaza su tutoría se verá obligada a aceptar su protección. Ninguno de los dos sabe desenvolverse  en el nuevo papel que le corresponde pero en ese reencuentro están obligados a entenderse por su propia naturaleza, por su situación social y también, aunque sin ser conscientes, por la necesidad de acercamiento afectivo que tienen el uno del otro, y, todo ello se logra como un juego espontaneo en una concesión de espacios y voluntades de ambos que habrían de servir de aprendizaje de los personajes en sus nuevos roles pero que, sorprendentemente lo hacen por la vía menos convencional y, vistos según los rígidos estamentos educativos y morales, con algunos riesgos de tolerancia en acciones que pueden ser puestos en duda, por lo excesivamente desacomplejados y permisivos.

Personajes auténticos, inmaduros y frágiles que necesitan aprender a relacionarse y a quererse, cuya fragilidad intentan ocultar refugiándose detrás de una falsa coraza de dureza.  

Por la originalidad de la narración, por la naturalidad de todos los personajes que aparecen en Scrapper, llenos de encanto y espontaneidad, por el tratamiento que muestra hacia los niños, por la luminosidad y puesta en escena de muchas secuencias que de otra manera contadas no trasmitirían el encanto que percibimos, esta pequeña y modesta película se convierte para el espectador en un gozo para los sentidos.

Con este buen debut como directora y guionista de la joven británica Charlotte Regan, que ya se había destacado como realizadora de reconocidos cortometrajes, así como de numerosos videos musicales, ahora, con esta película muestra su talento y creatividad en la dirección artística y en la dirección de actores pues, tanto Lola Campbel como Harrys Dickinson están excelentes en sus papeles, y, es evidente que detrás está la sapiencia y sensibilidad de la directora en la conducción de esas interpretaciones.

Según se cuente, una misma historia puede convertirse en un drama, en una comedia o en cuento infantil lleno de encanto y ternura, en este caso tenemos la suerte de poder disfrutar de una narración que se acerca mas a esto último, contada con desinhibiciones y  que convierte lo que podría ser negativo en condescendiente positivismo.

Pepe Méndez