(En la cercana oscuridad)
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Año: 2025/ País: España/ Duración:100 min.
Dirección y guion: Gerard Oms
Reparto: Mario Casas, David Verdaguer, Ilias El Quahdani,…
Música: Sílvia Pérez Cruz
Fotografía: Edu Canet
Coproducción España-Países Bajos (Holanda);
Sinopsis:
Sergio viaja a Utrecht con su hermano y amigos para asistir a un partido de fútbol. Antes de coger el vuelo de regreso a Barcelona, sufre un ataque de pánico y decide quedarse en Holanda. Incapaz de dar una explicación lógica a los suyos, corta el contacto con su pasado. A partir de ese momento, tendrá que sobrevivir sin dinero, sin casa y sin hablar el idioma.
Crítica:
El debut en el largometraje como director de Gerard Oms, aborda un tema experimentado por el propio director en su periplo por tierras extranjeras que, como el personaje de “Molt Lluny”, sufre un duro proceso hasta encontrar y asumir su propio “yo”.
En esta historia, la puesta en escena y la estética es compacta, la narrativa quiere ser sólida, pero tiene agujeros de lógica estructural en el comportamiento de los personajes que le dan una dureza extra al discurso. Con frecuentes fases de distanciamiento, debido especialmente a la actitud del personaje principal, circunspecto y poco de fiar como persona durante todo el desarrollo de la película, que la hacen algo inaccesible para el espectador. Nos mantiene en vilo, eso sí, esa especie de autoflagelación de Sergioen relación con el resto de la sociedad, ese hermetismo asocial que lo aíslan no solo de las personas que le rodean, sino hasta llegar a bordear la ruptura de comunicación con su propia familia sin explicación alguna. Oms trata de resolverlo al final sin que nos convenza.
Se pasea Mario Casas, exhibiendo su introspección y su silencio como si quisiera reivindicar su actuación emulando poses y miradas a lo Dustin Hoffman, pero con el resultado de la distancia sideral que existe entre uno y otro. A pesar de las buenas críticas que acapara Casas de su actuación en “Molt Lluny” he de confesar que a mi me ha parecido monótona en el esperpento exagerado y poco creíble, que hace de su personaje, con un resultado más cercano al psicópata que al que pretende a través de una autorreflexión, que es, encontrar su propio sentido como género. Un alejamiento del mundo a través de un duro viaje, para hallar lo que de verdad lleva en su naturaleza interior. Pero así son algunas de sus actuaciones últimamente, en una aparente ansiedad de trascendencia como actor, y sin negarle aciertos interpretativos, en general parece que tiene tendencia a una actuación que, queriendo ser destacable se estanca en ensimismamiento reiterativo que parece ser a los directores les complace, o no saben corregir.
También desaprovechado y poco empático me parece el personaje que encarna David Verdaguer, con un grado de autosuficiencia y engreimiento antipático que no se explica ni cuaja del todo en la historia que nos pretende contar. Una lástima que su presencia no sirva para mostrar una contextualización más nítida.
El guion apunta también, aunque de una manera secundaria, otros aspectos sociales problemáticos de la actualidad comunes a cualquier ciudad europea, como la inmigración o la explotación del inmigrante irregular y, problemas de integración cultural y social.
En el aspecto ambiental, muy bien conseguida la atmósfera de Utrecht, ciudad de los Países Bajos -donde se sitúan los hechos y se rodo la película- con iluminaciones densas, aprovechando los interiores y exteriores nocturnos oscuros, que dan a los espacios cierta sensación de claustrofobia, en la que parece que se encuentra el personaje.
Pepe Méndez
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