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Estados Unidos/ Año:2024/Duración:112 min.
Dirección y guion: Aaron Schimberg
Reparto: Sebastian Stan, Renate Reinsve, Adam Pearson,
Música: Umberto Smerilli
Fotografía: Wyatt Garfield
Producción: A24, Grand Motel Films, Killer Films
Sinopsis:
Edward, un actor neoyorquino que interpreta prototipos con taras físicas debido a su aspecto real, deforme, se somete a una intervención quirúrgica radical para transformar drásticamente su aspecto. A partir de ese momento hay cosas que cambian su vida, aunque en el fondo ahora todo resulta mucho más perturbador.
Crítica:
Esta original película tiene algunos tramos bordeando la pesadilla emocional, entre otras cosas, al contemplar el desgraciado aspecto físico real que acompaña al personaje Edward (interpretado por Sebastián Stan). Aunque en la ficción, este parece que asume su destino con total aceptación sin aparentes traumas en su aislamiento social, paradójicamente, despierta un aire de angustia en el espectador en un innato esfuerzo por solidarizarse con su desgracia. No parece haber trauma dentro de la pantalla, porque el director, Aaron Schimberg, pronto llena de frescura el drama con la luminosa aparición de la noruega Renata Reinsve, en el carismático papel de Ingrid.
Paradójicamente la historia adquiere su mayor intensidad cuando Edward después de someterse a un innovador tratamiento facial y cambiar su aspecto le da la oportunidad de interpretar papeles de galán. Es aquí en donde empiezan las dudas existenciales sobre el aspecto exterior y la paz interior, la felicidad o la amargura, la aceptación o no del “yo” que lleva dentro. Algunas inquietantes preguntas que llevan a crear una cierta opresión casi delirante.
La película tiene algo de fábula metafísica y excéntrica comedia dramática no exenta de humor negro. Historia inteligente cuya realización requería momentos con una puesta en escena de atmósfera algo tenebrosa muy adecuada para crear el clímax final.
A different man quizá no sorprenda del todo, pero consigue inquietarnos y sobre todo invita a pararnos y reflexionar sobre cosas de nuestro interior que no queremos ver.
Pepe Méndez
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