EL MON SENSORIAL DE LES TENEBRES

Año: 2024/ España/ Duración: 105min.

Dirección: Marc Recha

Guion: Nadine LamariMarc Recha

Reparto: Lluis Soler, Montse Germán, Muntsa Alcañiz, Tomaz Wraber, Ignasi Terraza, Eulàlia Ramon, Raquel Ferri Ona Planas, Mahamadou Dambelleh…

Música: Marc Parrot

Fotografía: Peter Zeitlinger (B&W)

Parallamps Companyia Cinematogràfica

Sinopsis:

Un fotógrafo ciego que capta las almas de las personas y los objetos se queda varado en un misterioso monasterio de Cataluña con un grupo de amigos, también ciegos. Allí ven cosas que otros no pueden ver, una poesía de visión y fantasía.

Crítica:

Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que la película de Marc Recha, Centauros de la nitquedará como una película a contracorriente de todo el cine que se hace actualmente, un deseo del cineasta por trascender en la “rareza inclasificable” dentro del marco del arte cinematográfico universal.

 No busquemos lógica alguna en el argumento, porque el proceso narrativo se amalgama dentro de un onirismo ultra sensorial contemplativo irreverente, salvaje, y un halo de humana y putrefacta malignidad. Está llena de trazos surrealistas (por eso algunas secuencias nos puede recordar a Buñuel) con algunas pinceladas poéticas descarnadas (que podríamos llamar poesía vomitiva) aunque no me atrevería a decir que esas referencias la conviertan en una película surrealista, ni del todo poética, sino más bien un experimento puramente contemplativo y provocador. Debo afirmar, eso sí, que en esa línea de transgresión a la lógica argumental que Recha convierte la película, el ingrediente de soporte plástico en el que envuelve la historia cobra todo el sentido: huye del color y se refugia en un soporte visual de alto contraste de blanco y negro, en un paisaje cercano al desolado páramo de tierra medieval abandonada, (en la que encontramos reflejos plásticas de Dalí y de Tapies) pisada por seres descarnados que denotan falta de valores morales y sociales.  

En esta película, a diferencia de películas anteriores del director, “L’`arbre de les cireres” (1998) “Petit Indi” (2009), “Pau i el seu germà” (2001) huye del razonamiento físico elemental. Cine a contracorriente sin urdimbre argumental que no sea vivir la sensación de estar en otra dimensión. Cine contemplativo de visión algo desgarradora. Puede verse como la exposición de un caos mental del autor en un intento desafiante de sacudir la estructura mental del espectador.

Debemos entender que Centaures de la nit es un ejercicio de autoría radical, recomendable para amantes del cine experimental y la poesía visual, y avisar que su valor reside básicamente en su osadía, con la evidente intención de reafirmar que el arte es un acto íntimo y personalísimo de libertad creativa, a riesgo de desacomodar al espectador de su confort de lectura fácil o decodificación de un mensaje audiovisual. 

Deberiamos preguntarnos si en un cine dominado por algoritmos y narrativas predecibles, la función intelectual de películas provocadoras y herméticas como “Centauros de la nit” como valor comunicativo contribuyen a resistir a la homogenización o, a liberar al cine de cualquier función de fácil asunción de mensajes.

También es obligado mencionar algunas claves simbólicas para una mejor lectura de la película y que en cierta manera la vinculan a las películas de Alejandro Jodorowsky, concretamente al misticismo alucinado de “El topo”.

1)Tanto el fotógrafo ciego de “Centauros…” como el pistolero de El topo buscan una revelación espiritual, pero en lugar del desierto Recha usa la oscuridad literal y metafórica.

2) En “El topo” se utiliza sangre y sacrificio y en “Centauros…” Recha opta una violencia sensorial, el tacto que ve almas o el sonido de reliquias invisibles. Ambos autores utilizan el cine como ritual: Jodorowsky, como simbolismo alquímico, Recha, con la ceguera como herramienta de desaprendizaje visual.

Mientras Jodorowsky es barroco, (exuberancia de color y personajes arquetípicos) Recha opta por el minimalismo: su blanco y negro evoca unaabstracción casi táctil, como si la pantalla fuera un relieve para «tocar con los ojos». El uso de actores ciegos reales añade una capa de autenticidad que contrasta con el teatro ritual de Jodorowsky

Respecto al espacio donde se desarrolla la acción: el monasterio de Poblet, como lugar sagrado, se convierte en escenario de visiones profanas donde lo religioso se mezcla con lo erótico y lo absurdo, que juega con el surrealismo.

Respecto al elenco de actores y actrices que desfilan, algunos profesionales reconocidos, y otros, actores debutantes invidentes que se representan a si mismos, convenir en que todos están más que correctos desempeñando su papel.

Entrar a ver «Centaures de la nit», (que no tiene nada que ver con la de John Ford) es prepararse a la experiencia de ver un cine diferente.

Pepe Méndez