Nominada al Oscar en la categoría de habla no inglesa, “No”, es una producción chilena (en coproducción con México y Estados Unidos) que ha dirigido Pablo Larraín (Santiago, 19 de agosto de 1976).
Distribuida por la compañía navarra Golem, se estrenará en España el 8 de febrero.
El protagonismo recae en el actor mexicano Gael García Bernal, que aparece en la mayoría de planos y vuelve a demostrar que es uno de los mejores intérpretes de su generación.
“No” está basada en acontecimientos reales y nos lleva a la campaña del plebiscito chileno de 1988. Está basada en la obra de teatro de Antonio Skármeta (Antofagasta, 7 de noviembre de 1940).
El film destaca por su excelente sentido del humor y su tono optimista, aunque en algunos momentos parece demasiado amable.
Se centra en la figura de un joven publicista que liderará a nivel creativo un programa de 15 minutos durante un mes en la televisión chilena defendiendo el no (frente al sí), o lo que es lo mismo, que el dictador José Augusto Pinochet no se mantuviera en el poder. Tras un tiempo exiliado en México deberá afrontar una situación familiar complicada. Trabaja como creativo en la empresa de uno de los grandes defensores de Pinochet. En la relación entre ambos vemos diferentes momentos y evoluciones, siendo el final muy acertado porque aviva el debate.
Sorprende ver lo que fueron capaces de hacer los miembros del equipo publicitario del dictador Pinochet para movilizar a la población. Superaron todos los límites éticos y morales. En ese aspecto hay imágenes que, como se suele decir, valen más que mil palabras.
La fotografía, más bien feista para dar verosimilitud al momento histórico, se hace por momentos molesta, pero refleja muy bien la situación. “No” se rodó con cámaras de los años 80 para dar sensación de homogeneidad junto al material de archivo que aparece y es de un formato 4:3 casi cuadrado.
Estamos ante un film muy interesante en el que los dos enfoques antitéticos se confrontan.
El film plantea un debate directo en la relación entre publicidad y mensaje en la política y tiene escenas muy logradas en las que las vueltas de tuerca se suceden.
“No” es una de esas pocas películas que saben llegar al espectador de forma directa.
José López Pérez
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