EL MUNDO ENTERO EN UNA CAÑA DE CERVEZA
Año: 2021
Duración: 83 min.
País: España
Dirección y guion: David Marqués
Música: Juanma Redondo. Tema: Muchachito Bombo Infierno
Reparto
Carlos Areces, Fernando Tejero, Adriá Collado, Eric Francés, Antonio Resines, Javier Botet, María Isasi, Carmen Ruiz, Veki Velilla, Susana Merino
Sinopsis
Cada mañana, sea el día que sea, Fernando, el Negro, Jesús y Benavente, cuatro amigos se reúnen en un bar a tomar unas cañas y arreglar el mundo a su manera: criticando y despotricando contra todo y contra todos. Tienen algo en común, están en paro, bueno… todos, menos uno.
Crítica:
David Marqués ha querido dibujar en “El club del paro” una serie personajes sufrientes de la delicada situación social actual, intentando imprimir en los personajes el mayor gracejo posible para que resulte amena y, en la medida de lo posible, divertida, y según mi punto de vista en ambas vertientes se ha quedado a medias. Porque, aunque es cierto que en las historias que va contando y hace representar a los personajes integra alguna ocurrencia graciosa, el guion es acartonado, con pocas vueltas de recorrido y escasas sorpresas para llegar a ser explosivo en la carcajada y en la amenidad pretendida.
Ahora bien, El club del paro es una comedia de retrato de prototipo de personajes variopintos en la que los actores están soberbios, imprimiendo carácter personal a ese “yo” que cada uno representa, algo histriónico pero sin llegar al esperpento que lo aleje de la realidad. Carlos Areces, como (Fernando) está que se sale, comandando los diálogos jocosos y discusiones con los compañeros representados por un excelente Fernando Tejero, (Jesus) Eric Francés, (el negro) llamado así por lo de los trabajos-chapuza que cobra en negro, y Adriá Collado, (Benavente) excéntrico y despistado personaje algo angelical, que sin enterarse consigue lo que los demás desean, porque le acompaña toda la suerte del mundo. Así que esta es una película de actores que sin mucha base planificada, los amigos parece que la crean mientras se rueda, y se apoya en el buen hacer y acierto en el matiz de los diálogos y las continuas contradicciones, algo disparatadas, a veces, que destilan en sus charlas de café, y está la esencia de esta comedia, que, aunque critique a diestro y siniestro, empezando por ellos mismos y el estado de algunos atropellos que sufren los trabajadores en la actualidad, no parece ser ese el objetivo principal del film, sino mostrar cuatro retratos personales de lo que exteriormente representan ser y lo que realmente son. ¿Tienen aspiraciones? Parece ser que sí, pero viven en un ensueño utópico y no parece que quieran salir de él. Porque ellos, en donde se lo pasan realmente bien es entre esa salsa de bilis dialéctica y la espuma de cerveza.
¿El ser humano es eso? En el ancho mundo no sé que decir, pero cuatro españoles juntos en el bar tomando cañas alrededor de una mesa, despotricando sobre todo ser viviente o contando chistes, parece ser que sí. Por eso algunos espectadores, con una sonrisa en los labios, reconocerán situaciones, comentarios, o quizá el espíritu de algunos colegas semejantes a los que aparecen en esta película.
Pepe Méndez