(JUGOS DE CULPABILIDAD)

Título original: Pas de vague
Francia/ Año: 2024/ Duración: 92 min.
Dirección: Teddy Lussi-Modeste
Guion: Audrey Diwan, Teddy Lussi-Modeste
Reparto: François Civil, Shain Boumedine, Toscane Duquesne, Mallory Wanecques,…
Música: Jean-Benoît Dunckel
Fotografía: Hichame Alaouié
Coproducción Francia-Bélgica;
Sinopsis:
Un profesor es acusado injustamente de conducta sexual inapropiada por una adolescente de su clase. Tiene que afrontar las acusaciones a medida que la situación se complica hasta convertirse en una espiral fuera de control.
Crítica:
Actualmente vivimos en una sociedad tan alterada y susceptible de malinterpretar palabras y hasta miradas sin ninguna intencionalidad, comportamientos ante los demás que deberían ser normales en una relación laboral, expresiones y miradas utilizadas únicamente para comunicarnos de una manera más accesible y familiar o pedagógicamente dentro de un aula, pero que dado el grado de enervación latente en sectores sociales influyentes y en redes con intención maledicente, de soslayo pueden crear en una mente inmadura de adolescente ingenuo/a climas artificiales sobre posibles oscuras intenciones, o incluso como conductas intencionadamente inapropiadas de hechos que no han sucedido y en un tiempo récord, por distinto medios, soliviantar los ánimos de toda una comunidad contra alguien presuntamente inocente.
Este comentario viene al caso por el tema que expone Teddy Lussi-Modeste en la película “La acusación. El cine francés, con esta película toma el pulso de nuevo, sobre la complejidad que actualmente tienen los profesores para educar a grupos de adolescentes multirraciales, teniendo que lidiar en las aulas muy hábilmente una pedagogía general para colmar su formación, midiendo mucho la oratoria para que no despierte suspicacias ni ofensas a alumnos y alumnas venidos de diferentes etnias, costumbres y culturas, pues no todos entenderán de la misma manera lo que se les enseñan, ni la correcta relación profesor pupilo, con el natural añadido de que más allá del alumno está la familia y, puede darse el caso que a esta les cueste entender la manera de enseñanza y protocolos que tiene el país que les ha acogido, para cumplir esa labor. Así que, por diferentes factores pueden darse situaciones incorrectas y equivocadas interpretaciones, que desencadenen conflictos de alto riesgo.
La película está planteada dramáticamente como una auténtica obra de suspense. Con guion del propio Teddy Lussi-Modeste y la escritora, guionista y también directora Audrey Divan, galardonada con el León de oro por su película “El acontecimiento” (2021) en el festival de Venecia. La acusación se inspira en un hecho real, y muestra la dificultad de salir indemne de una simple acusación, aunque seas inocente, añadiendo el sufrimiento y marginación padecido en el entorno social y laboral durante el largo periodo que transcurre hasta que se demuestra la inocencia. Si es llega a demostrarse. Aun así, cuando intervienen entes oficiales que se encarguen de dirimir el caso, el acusado ya no volverá a ser el de antes, ni para la sociedad ni para el trabajo, -personas que consideraba amigos pueden mirarle como sospechoso y compañeros tratarle con desconfianza- ni para sí mismo, porque algo habrá cambiado en el interior de esa persona.
La película crea interés desde un principio, en una presentación del profesor joven que ama su profesión -nos recuerda a Juan de Mairena– y que desprende cierto carisma, y el buen ritmo que impone un montaje medido para que nos sintamos implicados en la angustia del personaje principal, aludido como culpable de algo que él no siente que haya hecho.
Teddy Louis-Modeste nos va ampliando el foco y desgranando las diferentes aptitudes de los implicados y va cerrando el círculo en torno al caso, como si cerrara la soga al cuello de alguien que sabemos de su inocencia, que lucha por salvarse, pero también de la dificultad de demostrar su inocencia y conseguirlo. Son personajes vivos, actuales, representantes de la sociedad de un lado y de otro, que muestra el lado político, ideológico, cultural y, la presión en la que nos movemos socialmente de tal forma que la corriente y el miedo nos puede hacer tomar aptitudes cobardes.
Como intérpretes brilla François Civil, en el papel de profesor asediado por un problema,pero todos los demás que le acompañan están inmaculados dando credibilidad a cada escena, desde las más íntimas, a las más coreográficamente complejas que se desarrollan en las aulas con la participación de los alumnos.
Cine bien hecho, que no defrauda ni destaca en lo formal porque no lo necesita, pero que está enfocado a interesarnos por el mundo en el que vivimos, aunque las respuestas en lo estrictamente humano sean una continuidad de la complejidad universal del hombre. Nuestros rasgos primitivos siguen imperando en cualquier circunstancia de la vida.
Pepe Méndez
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