“Todo es según el color del cristal con que se mira”

Ramón de Campoamor “Las dos linternas”

El acabado de color tanto en fotografía como en video es uno de los problemas más habituales a la hora de realizar un trabajo profesional. La ausencia de una cultura de color adecuada desde las escuelas y también en los usuarios es debida al gran desconocimiento sobre el color en general. El trabajo del color se inicia con la comprensión de la naturaleza de la luz y termina en los perfilados correctos en monitores, dispositivos de captación y diferentes softwares de posproducción. Que en general clientes y profesionales trabajen con distintos marcos de hardware y software dificulta que los proyectos se visualicen como fueron realizados. En general que el color, los tonos, la saturación, el contraste no sean los correctos es algo desagradable tanto para los creadores como para los clientes.

Para poder trabajar correctamente el color debemos entender todo el flujo de trabajo desde su captación hasta el conformado final así como su naturaleza. Pongámonos en situación. ¿Qué es el color?  El color es la sensación producida por la luz que es transmitida gracias a los órganos visuales al cerebro donde se interpreta. El cerebro interpreta las señales nerviosas que envían las células fotorreceptoras en la retina del ojo al llegar la luz, correspondiéndose a la parte visible del espectro electromagnético. Todo cuerpo que recibe luz absorbe una parte de esas ondas electromagnéticas y refleja otras. Antes del siglo XVII se creía que el color estaba unido a los objetos y en 1666 Newton demostró que la luz es el origen de los colores. Así que antes de nada tenemos un factor físico y biológico asociados. En la dimensión física los colores existen gracias a  la luz, de entrada, los objetos son incoloros yreflejan la luz de forma selectiva, gracias a los pigmentos (reflejan y absorben longitudes de onda), la dispersión (separación de ondas de distinta frecuencia al atravesar un material), difracción (superficie estructurada en forma de finísimas líneas, que suprimen algunas longitudes de onda y refuerzan otras) e interferencia (película extraordinariamente fina en cuyas superficies interna y externa se refleja la luz que resulta desfasada suprimiéndose ciertas ondas y reforzándose otras). En la dimensión biológica los colores existen debido a nuestra fisiología, las diferentes especies tienen estrategias diversas para captar e interactuar con la luz y dentro de la misma especie no todos vemos los mismos colores o interpretamos de manera idéntica debido a nuestras diferencias biológicas. Recordemos que los ojos tienen alrededor de 6 millones de conos o células sensibles a la luz en cada retina y entre 90 y 126 millones de bastones, las células responsables de la visión en condiciones de baja luminosidad. Así que hablando de una manera simplificada, para una sola imagen, los conos del ojo capturan alrededor de 6 megapíxeles de información en color, mientras que los bastones consiguen 100 megapixeles en blanco y negro. Pero muchos de los conos están agrupados alrededor de un punto central llamado fóvea y el ojo recorre su campo de visión constantemente para componer una imagen. Dentro del espectro electromagnético la energía comprendida entre los 300 y 1500 nm es lo que se conoce como espectro luminoso y comprende el espectro visible y el espectro luminoso no visible.  Espectro visible va desde 380nm violeta, azul, verde, amarillo naranja  a 780nm rojo.  Ya que el color depende de la luz la calidad de la luz (temperatura de color) afecta al color, el sol, el fluorescente, una lámpara de tungsteno afectan a la reproducción del color. Si la luz es dura (color más brillante) o suave (color con menos brillo y con más fidelidad al pigmento), si es muy difusa parecerá desaturado y apagado, afectará al color así como su intensidad (tonos saturados o pasteles). La reflexión afecta a la calidad de la luz. Si un objeto está cerca de una pared brillante el objeto se verá iluminado por ese color.  El contraste también afecta a los colores que vemos, un objeto rojo sobre fondo negro se ve más saturado y brillante que sobre fondo blanco. Los colores son sensaciones subjetivas ya que cada persona transforma los estímulos a su manera (ejemplos daltónicos).

El sistema CIE (comisión inernationale de l’eclairage)  para clasificar los sistemas de color se basa en que la mezcla aditiva de tres luces de color se pueden lograr todos los colores incluso el blanco. Para ello se ajustan las tres luces de color para que con cantidades numéricas iguales de cada uno se logre una luz “blanca” especial (lo que se llama blanco de equi-energia) su fórmula es E=0,33R+0,33G+0,33B. Imaginemos que las tres luces se encuentran en los tres vértices de un triangulo, en cada vértice la luz está saturada debilitándose al dispersarse al lado opuesto. En el centro del triangulo las tres luces han recorrido cantidades iguales y de ahí que formen el color blanco.  En el centro del lado opuesto de cada vértice la luz de este vértice está en el cero y tales serán las posiciones del cian, el magenta y el amarillo. Cualquier color del triángulo se puede determinar por coordenadas, pero en realidad bastan dos valores para fijar un punto. El sistema no es perfecto ya que en realidad no se pueden lograr todas las tonalidades del espectro con la mezcla de los primarios. Algunos colores espectrales tienen una posición fuera del triángulo y les corresponde un valor negativo.

El triangulo de Maxwell

 se empleó a partir de 1931 para evitar coordenadas negativas y poder trazar un triángulo con todos los colores del espectro. Para ello la CIE elige nuevos primarios X, Y, Z en sustitución del RGB, a los que llama primarios ficticios, coordenadas tricromátricas o valores triestimulos.

Condiciones que cumple: carencia de coordenadas negativas. El blanco E sigue teniendo como coordenadas 033. Los estímulos de color pasan a denominarse X  Y  Z. El valor del componente tricromatico y debe indicar luminancia del color determinado mientras que las otras dos componentes deben indicar cromaticidad.