EL PESO DEL PODER

España/ Año: 2025/ Duración: 96 min.
Dirección: Manuel Huerga/ Guion: Toni Soler
Reparto: Josep Maria Pou, Carme Sansa, Pere Arguillué, Eduard Lloveras, David Selvas, Silvia Abril, Lluis Soler, Alberto San Juan, Antonio Dechent…
Música: Aida Ten
Fotografía: Mario Montero
Producción: Minoría Absoluta, Lastor Media
Sinopsis:
El legado político de Jordi Pujol quedó en entredicho tras la confesión sobre su delito fiscal. Una larga trayectoria como activista, como Presidente de la Generalitat, (1980 a 2003) y como patriarca de una familia que concentró poder e influencia durante décadas. «Parenostre» desentraña la figura de una de las personas más importantes en el devenir de la historia de Catalunya del último tercio del siglo XX.
Crítica:
Si dejamos aparte la puesta en escena, las excelentes caracterizaciones que hacen los intérpretes de sus personajes, y otros aspectos técnicos que muestran la profesionalidad y entereza que han depositado en el proyecto todos aquellos que han intervenido, convendremos en que el interés de la película es casi nulo, porque la historia que nos cuenta no nos dice nada nuevo, nada que no sepamos, o que ya nos hayan contado los medios mil veces a través de la prensa, la radio, y la televisión, aparte de otras plataformas digitales no oficiales. O sea que, la visión del tema es como un bandoneón, que la historia se procesa según la ideología o el interés del que lo recibe.
Puestos en ese contexto, tampoco nos explicamos la idoneidad ni utilidad que en este momento pueda tener esta película. Nada nos descubre del personaje, Jordi Pujol, para que nos hagamos una idea hacia donde quieren llevarnos. A veces, parece querer inducirnos a una cierta condescendencia sobre algunos actos oscuros de la persona a través de mostrarnos sus derivadas desatenciones familiares, sustituidas por una entrega hiperactiva a construir la voluntad del País (Catalunya) a su mediada, de arriba abajo, para darle un estatus de sólida entidad en el mundo. Esa idea llena de amor por su tierra, manifestada por él tantas veces, parece querer ponerse como un eximente de todo lo demás. Pero no, la narración aborda otros aspectos controvertidos que nos pueden llevar a elucubrar lo contrario.
Por otra parte, podríamos pensar que es una película política, pero tampoco, al menos no se plantea con esa estructura narrativa que componen el género, con parámetros sociales conflictivos. Es cierto que hay ideología, y hay choque de ideas, pero la historia que nos desgrana Toni Soler con su guion y que dirige Manuel Huerga, intentando componer lo mejor posible el mensaje ciñéndose a lo escrito, toca, principalmente, otras fibras intimas del personaje en cuestión, mostrando sus virtudes y sus flaquezas, en un intento de acercamiento del espectador hacia un ángel caído, sin posibilidad ya de resarcirse de sus pecados, ni obtener la piedad de una gran parte de la sociedad.
Creemos en la destreza de Manuel Huerga cuando se trata de escribir una historia en imágenes. En algunas de sus películas ha aportado ideas narrativas interesantes, bien recibidas por el espectador y la crítica en general. Conoce el manejo del lenguaje audiovisual para conseguir efectos que interesen a los espectadores, pero, Parenostre está encerrada en un guion demasiado simétrico, pocos giros, ninguna sorpresa y falto de clímax dramático. Un conjunto de aspectos que la hacen un producto que puede desencantar a una gran parte de espectadores.
Como decíamos al principio, a nivel de técnica en su elaboración, ofrece un buen resultado: todas las interpretaciones son excelentes, desde Josep Mª Pou, en su caracterización del President Pujol -como personaje seguro en el timón del barco de la política y negligente en su relación familiar- hasta la corta aparición de Alberto San Juan, interpretando al Rey Emérito Juan Carlos, cuando este ya había abdicado.
En cuanto a la parte del tratamiento de la imagen, es de justicia remarcar que pese a haberse rodado totalmente en decorados creados en plató todas las escenas, tanto de interiores como de exteriores, consiguen un efecto de veracidad total, como si se hubiesen realizado en escenarios naturales. En este aspecto, debemos felicitar a todos los que lo han hecho posible. También y, especialmente, al equipo de producción por confiar en la idea. Parece que es algo insólito en una película española, aunque es posible que con la actual tecnología, esa experiencia sirva para la producción de otros trabajos a partir de ahora.
Pepe Méndez
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