DOMAR LA TEMPESTAD

Año: 2024

Duración: 103 min.

País: Francia

Dirección: Emmanuel Courcol

Guion: Emmanuel CourcolIrène Muscari

Reparto: Benjamin Lavernhe, Pierre Lottin, Sarah Suco, Nathalie Desrumaux, Stéphanie Cliquennois, Ludmila Mikael….

 Fotografía: Maxence Lemonnier

Agat FilmsFrance 2 CinemaCanal+Ciné+France TV. Distribuidora: Diaphana Distribution

Sinopsis:

Thibaut es un director de orquesta de renombre internacional que viaja por el mundo. Cuando se entera de que es adoptado, descubre la existencia de un hermano, Jimmy, un empleado de un comedor escolar que toca el trombón en una banda de música en un pueblo del norte de Francia. Al parecer todo les separa, excepto el amor por la música.

Crítica:

Viendo la última película del actor y director Emmanuel Courcol “Por todo lo alto entenderemos porque recibió el premio del público en el último Festival de Cine de San Sebastián y por qué es considerada una de las mejores películas del año en ese país.  Este film plantea un tema sensible que se mueve dinámicamente con gran equilibrio y sabiduría entre el drama y la comedia, sin que ninguno de ambos géneros lastre al otro. La obra se desarrolla derrochando emotividad entre frecuentes dosis humor y crítica social, pero que frena inteligentemente la intensidad para no caer en el sentimentalismo ni el maniqueísmo.

La presencia de la música es uno de los elementos entrañables que sirven para hilvanar las historias de los dos hermanos, despertando a través de ella los más altos sentimientos, superando las dudas y recelos del principio, para lograr un sincero, aunque triste, acercamiento de ambos. También sirve como enlace y acercamiento que refuerza las sintonías familiares, antes opuestos por diferencias sociales.

A pesar de que el desarrollo de la historia pasa por momentos en que los personajes se enfrentan a situaciones de hondo dramatismo, el director opta por una narración realista sin extremos de golpes duros, ofreciendo los aspectos más humanos, con un discurso narrativo lleno de calidez entre dos seres que se encuentran por circunstancias dramáticas y que, por casualidad, descubren lazos de sangre. Seres que asumen su realidad con naturalidad, personas maduras que no pierden la amabilidad ni la sonrisa y que añaden la generosidad y la pasión a su alrededor.

Excelentes interpretaciones de Benjamin Lavernhe (este como director de orquesta reconocido universalmente) y Pierre Lottin (como el hermano desconocido, músico de una banda de pueblo) que el destino les lleva a encontrarse para salvarse ambos. Y sobre todo eso, es un gozo el encaje de la música en la narrativa fílmica de esta historia. Motivo principal que sintetiza el mensaje y que, como lenguaje de arte universal unifica transiciones de vida cotidiana y de espiritualidad. Atención a la delicadeza, y la vez, la fuerza que muestra resolviendo las últimas escenas, de una manera sencilla pero que llegan al alma del espectador. Hondamente emotivo el concierto sostenido en pantalla, para dar paso a ese bis inesperado del Bolero de Ravel.

Película que reivindica a quienes la hacen y a la vez también al espectador, porque cuando salimos de la sala hemos visto, sentido gozado como se resuelven dificultades con total serenidad con la voluntad de acercarte a las personas, asumiendo cosas positivas de seres humanos como nosotros, que nos transmite una sensación de serenidad y satisfacción que invita a la felicidad por el simple hecho de sentirnos personas. Una ola de buen cine en un envoltorio clásico, lleno de modestia.

Pepe Méndez