Año: 2022
Duración: 104 min.
País: España
Dirección: Elena López Riera
Fotografía: Giuseppe Truppi
Reparto
Luna Pamiés, Bárbara Lennie, Nieve de Medina, Alberto Olmo
Coproducción España-Suiza-Francia;
Alina Film, Les Films du Worso, Suica Films
Género
Drama | Vida rural. Adolescencia
Sinopsis
Es verano en un pequeño pueblo del sureste de España. Una tormenta amenaza con volver a desbordar el río que lo atraviesa. Una vieja creencia popular afirma que algunas mujeres están predestinadas a desaparecer con cada nueva inundación porque tienen «el agua adentro». Ana (Luna Pamies) vive con su madre (Bárbara Lennie) y con su abuela (Nieve de Medina) en una casa a la que el resto del pueblo mira con suspicacia. En medio de la atmósfera eléctrica que precede a la lluvia, Ana conoce a José (Alberto Olmo) a la vez que lucha por aventar a los fantasmas.
Crítica:
Hay que subirse a la nube de las leyendas rurales en las que siempre hay alguien señalado con el estigma de la maldición por sus vecinos. Generalmente les toca a los mas libres e independientes, y dentro de estos, a las mujeres. Una de esas leyendas revive de nuevo, en nuestros días, en un pequeño pueblo del levante Mediterráneo.
Bajo esas premisas, Elena López Riera plantea un melodrama moderno, con impostados toques de documental, en un intento de darle algo más de credibilidad y, al mismo tiempo, impregnarla de una pátina de fábula antigua.
En medio de una marea de opiniones machistas y carcas de jóvenes trasnochados, desarrolla una historia de amor con sospechosos auspicios de que algo hermoso puede acabar frustrándose por un entorno familiar hostil lleno de prejuicios e intereses ajenos a ese amor.
Pese al buen ritmo, el encanto de algunos personajes, las buenas actuaciones de los jóvenes intérpretes y el dominio de persuasión que impregna en el papel de madre estigmatizada, Bárbara Lennie, añadido a, un marco adecuado para el desarrollo de la historia -algo rocosa pero con el encanto auténtico de relación con la tierra y las recolecciones de cosechas frutales- y algunas escenas lúdicas llenas de emotividad jugando en el agua del rio, bien filmadas al servicio de la historia y sin recrearse en ellas gratuitamente, a pesar de todos esos aspectos positivos, la película es algo irregular porque la mezcla de declaraciones documentales de los personajes del pueblo producen en el espectador el efecto contrario de la veracidad de la que se quiere impregnar con ese recurso. Esa, quizá sea la parte más débil del film, acompañado de un final inconcluso que no deja de complacernos.
En cualquier caso, la galardonada directora de cortos en diferentes festivales se inicia en el largometraje con un producto muy digno, que conserva interés dramático durante todo el visionado del film y posee alicientes interesantes, en esa mezcla entre drama y cuento medieval envuelto en corrosiva y falsa moralina acompañada de una excelente fotografía de Giuseppe Truppi.
Pepe Méndez
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