Año: 2024

Duración: 109 min.

País: Estados Unidos

Dirección y guion: Alex Garland

Reparto: Kirsten Dunst, Wagner Moura, Cailee Spaeny, Stephen Henderson, Jefferson White…

Música: Geoff BarrowBen Salisbury

Fotografía: Rob Hardy

Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; 

Sinopsis:

En un futuro cercano donde América está sumida en una cruenta guerra civil, un equipo de periodistas y fotógrafos de guerra emprenderá un viaje por carretera en dirección a Washington DC. Su misión: llegar antes de que las fuerzas rebeldes asalten la Casa Blanca y arrebaten el control al presidente de los Estados Unidos.

Crítica:

Cualquier guerra puede ser narrada con una perspectiva de ficción apocalíptica en donde se muestren imágenes descarnadas, acciones sin sentido, crueldades irracionales solo justificadas por el deterioro moral de una sociedad hundida en la desesperanza y la distopía. En Civil War encontramos todo eso y más, representado en imágenes tan impactantes que hace inevitable tener pensamientos sobre el deterioro de las relaciones políticas mundiales, pero, también del peligro de tensionar tanto la cuerda entre los políticos de una misma potencia con diferentes maneras de concebir el mundo, y sobre todo, arrastrados por la codicia y ansias de dominar la voluntad de sus propios ciudadanos. La película nos despierta ese temor, el llegar a ver como normal la entrada en la deshumanización generalizada y que prenda el fuego de la irracionalidad en la conciencia.

     Alex Garlan ha demostrado saber desenvolverse como un maestro en temas de terror psicológico/científico, lo hemos visto en Ex Machina (20015), así como en la adaptación de la novela de Jeff VanderMeer, Aniquilación (2018) y, aunque en menor medida, en su penúltimo film con guion propio Men (2022). Pero esta película es otra cosa y sin dejar de   llevar su sello nos baja a un mundo más terrenal y de extremo conflicto sin control, en donde los personajes principales se mueven en la selva sin sospechar que están a merced de las alimañas con rostro de personas.

 Sin llegar a alarmarnos demasiado, porque Civil War es una ficción planteada como una metáfora, somos conscientes que muchas escenas de puro descontrol, de crueldad caprichosa, de loco desvarío de alguien que lleva una metralleta en la mano y que siente desprecio por la vida de aquellos que no son iguales que él, está presente en toda la película. Mientras seguimos el viaje de los periodistas y todo ese desenlace que nos cuenta con crudeza Alex Garlan con la incertidumbre de si en la siguiente secuencia proseguirá el horror, sabemos que cosas así y más salvajes están sucediendo en realidad en el instante presente en algunos lugares del mundo cercano -porque nuestro mundo es pequeño- y han pasado miles de veces y, el subconsciente nos alerta del temor de que como seres humanos no logremos evitarlo.  Porque el valor de “Civil war” que no es solo ciencia ficción, aunque esté planteada básicamente con el envoltorio narrativo de ese género, sino que tiene su parte cruenta de realismo y eso la hace entrar en la categoría de otros terrenos, ya que es una historia que despierta la conciencia de puro verismo, aunque ninguno de nosotros la hayamos vivido algo parecido.

La película tiene una impresionante factura técnica con una excelente fotografía de Rob Hardy, colaborador habitual de Alex Garlan y John Crowly y una acertada ambientación en cada secuencia en el seguimiento del viaje del trio de periodistas hacia su incierto destino. Un sencillo guion da pie a una trama de conflictos internos y externos en los que fácilmente nos identificamos desde el principio con los personajes principales, interpretados por Kirsten Dunst, Wagner Moura y la jovencita Cailee Spaeny acompañan la acción unas pocas piezas  musicales de Geoff BarrowBen Salisbury algo sorprendentes que nos hacen despertar del marasmo dramático pero que dan valor al conjunto de una obra tan recomendable como necesaria. Puede mirarse como un faro que previene a los barcos para que no embarranquen o lo que es lo mismo: como un aviso a desorientados navegantes. Aunque puede contemplarse como un mensaje de angustiosa luminosidad o recrearse en una buena y estimulante obra cinematográfica, que lo es.

  Pepe Méndez