(Cabalga o muere)

EEUU/ Año: 2025/ Duración: 139 min.
Dirección y guion: Joel Souza
Reparto: Alec Baldwin, Josh Hoskin, Patrick Scott McDermott, Frances Fisher,…
Fotografía: Halyna Hutchins, Bianca Cline
Producción: BondIt, Buffalo 8 Productions, Cavalry Media, El Dorado Pictures, Highland Film Group, Thomasville Pictures. Distribuidora: Highland Film Group
Sinopsis
Harland Rust tiene la mala reputación de fuera de la ley despiadado, con precio por su cabeza. Cuando se entera de que su nieto de trece años ha sido condenado a la horca por una muerte fortuita, decide viajar a Kansas para liberarlo. Rust consigue sacarlo de la prisión y huir hacia la frontera. El y su nieto tendrán que unir sus fuerzas para escapar de los agentes y de un cruel cazarrecompensas.
Crítica:
Si Dos forajidos (Rust) no tuviera la trágica historia de su rodaje, con la muerte accidental de la directora de fotografía, Halyna Hutchins, por un disparo de un revolver que se suponía que estaba cargado con balas de fogueo y no con balas reales, este Western moderno seguro que tendría otras críticas mas benévolas de las que se le han otorgado, pero la historia que envuelve el film es la que es, y eso hace que se vea con razonables e inseparables prejuicios que desenfocan la visión real en su análisis estrictamente cinematográfico.
Es un western que se ve con interés, bien construidos y bien interpretado por Alec Baldwin (a pesar de lo que se escriba por ahí) encarnando a un viejo cascarrabias sin contemplaciones ni piedad con tal de salvar a su nieto de la furia de la ley, a cuyo personaje adolescente da vida Patrick Scott McDermott, con solvencia creíble, y otros actores veteranos que se encargan de representar bien la época y el ambiente casi salvaje en el que se movían los hombres, en lucha por la supervivencia por las extensas llanuras.
La película tiene momentos culminantes en donde nunca pierdes el interés por cómo se resolverá el conflicto de cada secuencia, ni por asomarte a lo que vendrá en la próxima escena, cosa normal, ya que se trata de una huida de dos forajidos, un viejo y un chiquillo, que atraviesan las bastas llanuras para salvar sus vidas y que, de alguna manera, trasmiten mayor empatía que sus despiadados perseguidores. Una larga carrera de dos horas y media jugando al gato y al ratón en donde parece que la vida humana y la justicia vale poco, lo que vale es cazar la presa y cobrar la recompensa, aunque por medio haya daños colaterales.
El paisaje y la excelente fotografía de la ya mencionada Halyna,(a cuya memoria está dedicada la película) colaboran para seguir la trama imbuidos en la época y en el perfil duro de un país que estaba empezando a construirse socialmente, en donde la ley que imperaba era la del rifle y las pistolas.
Un western nada despreciable para los amantes del género, cuyo mayor defecto quizá sea su metraje, como tantos otros films en la actualidad, con 30 minutos menos nos contentaría más.
Pepe Méndez





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