País: Reino Unido/ 2022

Dirección: Florian Zeller

Guion: Christopher Hampton, Florian Zeller. Obra: Florian Zeller

Música: Hans Zimmer

Fotografía: Ben Smithard

Reparto: Hugh JackmanLaura DernVanessa KirbyAnthony HopkinsZen McGrathWilliam HopeAkie KotabeDanielle Lewis

Coproducción: Reino Unido-Francia 

Sinopsis:

  Peter, un alto y valorado ejecutivo está celebrando ser padre con su nueva pareja Emma, pero todo se complica cuando su ex esposa llama a la puerta para decirle que se haga cargo del hijo de ambos, de 17 años, porque ella ya es incapaz de controlarle. El chico, Nicholás, pide a su padre que le permita vivir con él.  Nicholas, es un adolescente problemático, es asocial y, a veces agresivo, aunque al principio promete cambiar y centrarse en sus estudios, su relación con el entorno se vuelve cada vez más compleja. Abandona el instituto y culpa al padre de sus problemas por haberles abandonado cuando era niño. Tensos reproches que hacen tambalear la estabilidad familiar y laboral de Peter. La relación se vuelve tan tensa y caótica que se hace difícil encontrar salidas.

Comentario:

Florian Zeller, es uno de los dramaturgos más aclamados en Francia, habiendo estrenado, pese a su juventud, una larga lista de obras declamadas por los más prestigiosos nombres de la interpretación. No es menor su valoración como guionista de películas dirigidas por otros, entre las que podemos encontrar la dirigida por Daniel Auteuil, “Enamorado de mi mujer” (2018), “No molestar”(2014) dirigida porPatrice Leconte, o “Florida” (2014) de Philippe Le Guay. Como director debutó en el cine llevando una de sus propias y exitosas obras de teatro, “El padre”,(2020) en ella también mostró gran talento en la dirección,  con un merecido resultado de gran recorrido por las pantallas  de todo el mundo y unas cuantas  nominaciones, consiguiendo algunos galardones en festivales y premios anuales.

Sin embargo, con “El hijo”, su segundo largometraje, no se muestran esas señales de talento luminoso y nos ofrece un desigual resultado que no nos llega a convencer. Zeller navega en las procelosas aguas del drama paternofilial, con un enfoque equivocado en su planteamiento y, un único resultado de culpabilización al padre que no se merece, porque los trastornos dramáticos que aparecen en El hijo, según se plantean en el film, de ninguna forma están justificados que sean consecuencia de la actitud del progenitor.

La historia se muestra a través del prisma de un moralismo religioso algo trasnochado que puede ser imperceptible pero que existe, y nos destroza con ese sentimiento de culpabilidad, creando en el personaje una intencionada mordaza que maniatará toda posibilidad de rehacer su vida y encontrar algún consuelo para volver a ser feliz. ¿Es justo que se presente este caso de infelicidad de un muchacho adolescente desequilibrado, y cargar la responsabilidad de su inmensa desdicha a su progenitor?  La opción del dramático resultado, elegida por Nicholas desdice la culpabilidad de ese trastorno, aunque sí carga de responsabilidad y ejemplariza la opción equivocada de dejarse engañar por el falso lamento del hijo, antes que por los consejos probados de la experiencia científica. A decisiones equivocadas resultados erróneos.

En cualquier caso, toda la carga emocional del drama se acentúa sobre el padre, como eximiendo de responsabilidad a la parte materna, aunque no llegamos a descubrir si Peter, realmente se había desentendido de ese hijo, aunque viviera con la madre, no parece, por las imágenes que se intercalan en algunos flash backs.

La película se muestra sobria en imágenes, narración austera y sin florituras gratuitas o engañosas, se remite a la adaptación en cine de la obra teatral de la que parte. Con diálogos funcionales para seguir el drama y utilizando unos pocos escenarios que respiran esa clase posicional en la que se desenvuelven los personajes. Todo correcto, manteniendo el interés, pero sin demasiad tensión. Al final nos sumerge en la duda, pero no nos sorprende el desenlace, aunque esté bien cerrado, porque clarifica la realidad de los estados de ánimo de seres realmente perdidos

Las interpretaciones muy correctas. Aunque el personaje tenga su peso dramático clave, la aparición casi testimonial de Anthony Hopkins más bien parece de fidelidad por su anterior interpretación en la ópera prima de Zeller, “Elpadre”. Hugh Jackman, como siempre, bien.

Pepe Méndez