Finalizado «le Rendez-Vous» de TV France Internacional 2012, con la presencia de 175 empresas compradoras (desde televisiones a grupos intermediarios) de todo el mundo, apuntamos algunos motivos por los cuales su celebración ha concluido con un trabajado mérito organizativo, y que podrían servir de modelo para algunos eventos de ventas internacionales que se celebran en Latinoamérica:

1. Facilitar el trabajo de los compradores como eje central de todo el montaje. No se trata solo que los profesionales provenientes de 56 países fueran alojados en cómodos hoteles e incluso que se les facilitara transporte directo entre el aeropuerto de París y Biarritz, entre otras atenciones; sino sobretodo que gozaran de unas instalaciones que permitieran sacar el máximo rendimiento durante los tres días del mercado. Además del contacto directo con los equipos comerciales de las televisiones y productoras francesas, como ocurre en cualquier otro caso, aquí se podía visionar a cualquier hora las obras que más interesaran dentro de una oferta de 1.353, entre series, documentales, ficción, concursos, animación… Decenas y decenas de pantallas de gran resolución conectadas al enorme catálogo ofrecido (como ilustra la imagen) permitían con toda comodidad y concentración hacer este trabajo de selección personalizado. Como me comentó uno de los ejecutivos de TV France International: «que distinto es poder estar aquí dedicando unos días a visionar lo que te interesase, a que tener que mirarte un DVD por la noche en casa después del trabajo». Y en la línea de aprovechar al máximo la presencia de compradores, se puso a disposición vehículos que permitían visitar el Cartoon Forum que se organizaba por las casi mismas fechas a relativa poca distancia geográfica, aunque se podía también visionar las novedades sin moverse de «le Rendez-Vous». Sinergia entre certámenes,  que maximizaba el viaje de los equipos de compras y retroalimentaba el mensaje de potencia del audiovisual francés.

2. Crear un clima de sensaciones que transmitieran calidad y por tanto favoreciera las compras. Edificios emblemáticos, una zona turística de gran belleza y cuidadas instalaciones… y un uso permanente de productos de proximidad para las comidas, suficientemente variado para que cualquiera se encontrara a gusto. No faltó nada, al igual que no había lujos innecesarios. Un equilibrio muy inteligente, que en más de una ocasión se rompe por un exceso de querer agradar o sorprender a los compradores y, que en unos momentos de crisis en Europa, aún acabaría generando más desagrado que agradecimiento. Aquí se trataba de envolver la buena producción que ofrece Francia con unos servicios muy cuidados y nada ostentosos. Calidad y comodidad, en las horas de trabajo y en las de distensión.

¿Y como se llega hasta aquí? No por casualidad, y no sólo mediante un presupuesto suficiente, ciertamente indispensable. La experiencia y eficacia del equipo organizador se sustenta en una muy inteligente política de colaboración entre el sector de las productoras independientes y las cadenas de televisión –sean públicas o privadas– y la administración. La existencia de instituciones volcadas al apoyo del audiovisual francés –del cine al videojuego– como es el caso del CNC explican el éxito del modelo.

Un mensaje final: las previstas reducciones presupuestarias públicas al audiovisual francés, van a animar más que nunca a sus empresas a buscar más que nunca coproductores internacionales. El bagaje histórico de su animación, y el empuje renovado de la ficción, son géneros muy atractivos para mirar a Francia desde el otro extremo del Atlántico.