País: Francia

Dirección: Robert Guédiguian

Música: Olivier Alary

Fotografía: Pierre Milon

Reparto: Stéphane BakDioucounda KomaIssaka SawadogoAlicia Da Luz GomesBakary DiomberaAhmed Dramé

Productora: Coproducción Francia-Canadá-Senegal-Mali; 

Sinopsis

Ambientada en la Mali postcolonial de los años 60, cuando los jóvenes de Bamako bailan el rock and roll recién importado de Occidente y sueñan con una renovación política, ‘Mali Twist’ se centra en los personajes de Samba y Lara. Él es un joven socialista que se enamora de la enérgica Lara durante una de sus misiones en la selva. Para escapar de su matrimonio forzado, ella huye en secreto con él a la ciudad. Pero el esposo de Lara no lo permitirá y la Revolución pronto les acarreará dolorosas desilusiones mientras sueñan con un futuro juntos.

Crítica:

Cine sencillo, de narración clásica y argumento transparente, a la vez que humanamente comprometido, romántico y universal. Una de estas historias contadas con el corazón, donde los jóvenes personajes, hacedores de un naciente país, rebosan ilusión por el futuro de un orden social más justo, vitales soñadores e idealistas que se vuelcan ingenuamente en la tarea de crear un mundo mejor, en donde la fuerza del amor inspira la lucha por romper tradiciones y convencionalismos étnicos.  Por eso, Mali twist quedará con el tiempo como una película clásica, propuesta que entienden todos los públicos sin intención pretenciosa de antemano por parte del director.

Como gran parte del cine de Guédiguian, Mali Twist está llena de detalles de pragmático didactismo que para algunos puede resultar algo retórico, pero es transparente y clarificadora de lo difícil que es llevar las ideas de las transformaciones de los pueblos, cuando estos entran a ser manejados por dirigentes políticos, a su vez, aconsejados por gentes apegadas a intereses y costumbres que bien saben manejar a los súbditos que tienen a su alrededor.

A pesar de que la narrativa de la historia desprende sana alegría, básicamente por el seguimiento que hace de unos personajes que por su pureza e ingenuidad trasmiten un encanto angelical, no deja de crearnos cierta inquietud y zozobra durante toda la proyección, y la sospecha del peligro que revolotea sobre ellos, vista la deriva que van adquiriendo los hechos. Todo ello contado con mesurada dosis dramática, entre la fiebre de la canciones y ritmos de twist que han contagiado de alegría y sueños a la joven generación de Mali. En lo que respecta a la historia de amor y al trasfondo de inquietud y cierto peligro que parece ceñirse sobre ellos, me recordó algo al clásico  Orfeo Negro (1959) de Marcel Camus.

La película está contada con delicadeza y pulcritud en sus aspectos técnicos y artísticos. Con una fotografía de Pierre Milon, impecable y preciosa, que ayuda a situarnos en la época, ayudado por un vestuario colorista que invita a no perder detalle de los personajes y escenarios de cada plano, tanto en los escenarios naturales -exteriores- como las coreografías en las pistas de baile.

Unas interpretaciones naturales de todos los actores ayudan a crear una atmósfera de realidad, sobresaliendo Stéphane BakDioucounda Koma, Issaka SawadogoAlicia Da Luz Gomes, cuya filmografía no conozco pero sólidos actores esta película, demostrando solvencia al dar vida a sus respectivos personajes y conseguir despertar nuestra empatía por ellos, su manera de amar y mirar el mundo.

Una película que derrocha sinceridad y amor al ser humano, contada, como ya dijimos al principio, con perfume de cine clásico.

Pepe Méndez