La conversión en España de la televisión terrenal en abierto de analógico a digital (TDT) que se ha hecho en últimos años, presenta hoy un panorama contradictorio. Por un lado realmente avanzado en su aspecto técnológico pero, por otro, muy lamentable en el “escenario final” resultante, en las cadenas televisivas que finalmente han mantenido su supervivencia y como se ha conseguido ésta.
Ciertamente, cuando se hicieron los cálculos y las proyecciones al inicio de la conversión nadie esperaba la gravedad de la crisis en la que está el país: el pastel publicitario del que vivían buena parte de cadenas se ha ido deteriorando a medida que la crisis económica ha sido mayor. No obstante, ponerlo todo a cuenta de la crisis sería una simplicidad excesiva. Ha habido otros factores que han pesado también para esa caída al vacío: Por un lado, los dispositivos tecnológicos que han surgido en últimos años modifican la forma habitual de ver televisión. Por último –y ahí habría que detenerse especialmente- ha fallado también un reparto de frecuencias que -ya desde su inicio- muchos vaticinamos que era insostenible…
Bajo el pretexto de una supuesta democratización del medio y de las posibilidades que ofrecía la propia TDT de multiplicar los canales, se ha creado un sistema absurdo que realmente no se está mostrando operativo…
Para quienes no conozcan este marco digamos que, por un lado está la televisión pública Televisión Espaola´, la televisión estatal que llega a todo el país. TVE, que no emite publicidad y depende del Presupuesto Publico, ha sufrido un significativo recorte de su presupuesto que queda en 937 millones, más de un 20% menos que en el ejercicio anterior y que merma seriamente su actual capacidad operativa… También son de ámbito estatal las distintas privadas que se han ido autorizando –bajo la fórmula de la concesión administrativa- los distintos gobiernos estatales, de distintos colores. Ahora mismo en este paquete de privadas estarían Telecinco (participada mayoritariamente por Mediaset-Berlusconi) que se fusionó con La Cuatro, procedente de Prisa-El País, Antena 3 y La Sexta, también en proceso de fusión (proceso complejo por los requerimientos que está pidiendo la Defensa de la Competencia y que Antena3 va a recurrir) y aún existe ahí un maremagno de televisiones como Intereconomía (en situación económica compleja) y un maremagno de televisiones cuyas licencias fueron de Vocento o Unedisa y que han ido pasando de mano en mano y que, ahora mismo en buena parte son canales de televenta o han alquilado la grilla a multinacionales como Disney Channel…
Por debajo de esta estructura estatal, ya en los años ochenta aparecieron las primeras televisiones públicas como la catalana, la gallega o la vasca que en paralelo a su función informativa o de entretenimiento han ejercido una función importante de normalización de las lenguas de las respectivas comunidades. Sin embargo, ahí se produce uno de los problemas estructurales del Estado Español. El llamado “café para todos”: Diecisiete autonomías con sus diecisiete estructuras de poder (de costes considerables) y sus respectivas televisiones. Bajo la ley de los llamados “terceros canales” se han generado una estructura televisiva que se muestra insostenible. Según la última actualización de Deloitte, en el pasado año el conjunto de estos canales habría podido costar del orden de 1300 millones de euros…
Pero además, de las televisiones citadas, en un momento de máximo entusiasmo se pensó que quedaba espacio para emisiones privadas de caràcter autonómico, con multiplex para tres canales, más canales locales de ámbitos comerciales…
El panorama televisivo español ofrece un panorama bastante desalentador que se transmite al propio tejido de productoras audiovisuales. Lógicamente si las televisiones pasan por sus peores momentos se resienten quienes desarrollan programación externa.
Estaba viendo el análisis que hace Jorge Alejandro Ricaldoni en los Encuentros de Telecomunicaciones de Rosario de este año (http://www.encuentrosregionales.com/2012/como-producir-para-cuatro-pantallas-y-no-quebrar-en-el-intento/) comparando la implantación de la Televisión Digital en Suecia, Gran Bretaña y España es absolutamente rigurosa, al menos en lo que se refiere a nuestro país. Aunque tecnológicamente la implantación de la digitalización ha sido un éxito, el sistema televisivo resultante hace aguas por muchos lados. Lo que paree lamentable es que mientras el país y sus profesionales son capaces de dar televisión de muy alta calidad en todos sus géneros, ahora mismo tengan una supervivencia tan compleja. Como muestra de esta calidad déjenme que deje ahí anotado “Pulseras rojas” de la productora gallegocatalana Filmax y TV3 que ahora está funcionando bien en Antena 3, o series que están pendientes de los cambios en TVE para llevar a cabo nuevas temporadas como la serie histórica “Aguila Roja”, “Gran Rserva” o “Cuéntame”… Quizá sería bueno que desde esta plataforma pueda abrirse un Foro acerca de la calidad de los contenidos en las distintas Televisiones Iberoamericanas.
Spectator