(LA VIDA EN ÚLTIMO INSTANTE)

Año: 2021

Duración: 76 min.

País: España

Dirección: Agustí Villaronga

Guion: Agustí Villaronga. Texto: Alessandro Baricco

Música: Marcús Jgr

Fotografía: Josep M. Civit, Blai Tomàs

Reparto: Roger CasamajorÒscar KapoyaMumi DialloArmando Buika

Sinopsis

Junio de 1816. La fragata Alliance, de la Marina francesa, embarranca ante las costas de Senegal. Como los botes disponibles para la evacuación no son suficientes para acoger a todos los tripulantes, se construye una precaria embarcación en la que obligan a subir a 147 hombres: soldados, marineros, algún pasajero y unos pocos oficiales. El plan previsto es que los botes remolquen la balsa hasta la orilla pero el pánico y la confusión se apoderan del convoy y cortan la soga de remolque, abandonando la balsa a su suerte. El hambre, la inclemencia del mar, la locura y una lucha encarnizada se desatan en aquella balsa a la deriva.

Crítica

Es una película densa que refleja actitudes humanas rocosas, para ciertas sensibilidades difíciles de digerir. Ante situaciones extremas por la supervivencia el hombre tiende a optar por decisiones también extremas, a veces, desde la óptica humanista, crueles. Los retratos que hace de la sociedad Agustín Villaronga en sus películas y los comportamientos de las personas, no son placenteros para el espectador, porque nos cuesta aceptar que seres de nuestro propio género sean capaces de realizar tales decisiones y, aunque esos hechos estén situados en tiempos pretéritos -pero no tan lejanos- presentimos que si esos hechos volvieran a darse en la actualidad se reproducirían exactamente igual que en el pasado, y eso, en cierta manera, nos crea mala conciencia como especie. El planteamiento de sus temas, -si hemos seguido su filmografía- también nos ponen ante el espejo que refleja uno de los principios de la ética, y, como distintas personas eligen uno de los caminos que bifurcan hacia el bien o el mal intrínseco en nuestro género.

Dentro de la dramática situación en lucha por la supervivencia que se presenta en “El vientre del mar” la tensión angustiosa se desarrolla en estado permanente, ayuda a ello la interpretación de los actores, luchando con sus personajes para sacar adelante cierta credibilidad en el conjunto de la obra, pero que difícilmente se consigue porque no logra soltar el lastre de cierta atmósfera teatral que nunca hemos percibido en películas anteriores de Villaronga. La ambientación escenográfica de la película es tan buena como compleja, pero ayuda a intensificar el drama una excelente fotografía de Josep M. Civit, que alterna el blanco y negro de alto contraste con escenas de débil coloreado, aunque esa atmósfera no logre introducirnos del todo con el realismo de la situación, ni empatizar con algunos personajes, sobre todo por esa atmosfera más teatral que cinematográfica y un montaje frio a dos velocidades.

Pepe Méndez