Hace unas semanas se celebró la 25 edición de los «Rendez Vous à Paris», organizada por Unifrance, el gran escaparate del audiovisual francés al inicio de cada año. De buena parte de su oferta audiovisual, ya que desde el pasado año, además del cine, están presentes también otros contenidos, especialmente dirigidos a canales de televisión y plataformas OTT: documentales y series de ficción.

Este año se presentaron diversas producciones en la temática de las series policíacas. Género de ficción en el que Francia tiene una larga trayectoria, muy bien recibida por el público internacional. Uno de los rasgos que define buena parte de estas producciones es el trabajado equilibrio entre la trama de la investigación policial y las vidas de los personajes protagonistas, dentro y fuera de su actividad profesional. Equilibrio dinámico que requiere un esfuerzo tanto de guion, de interpretación, de dirección y lógicamente de producción, para dar la máxima credibilidad a las historias y sus personajes y al mismo tiempo mantener el interés del espectador en cada capítulo. Una tensión narrativa que debe existir tanto en la trama policial como en las relaciones que se vayan estableciendo entre los distintos personajes que van apareciendo.

Un ejemplo muy relevante es la serie OPJ: Pacific Criminal, que ya va por la cuarta temporada, que contará con un nuevo personaje que afectará a la vida de todo el resto del equipo policial. Una serie que ha sido muy bien acogida por el público que la ha podido ver hasta ahora. Por ejemplo, las emisiones de su segunda temporada en France 3 consiguieron unas audiencias muy destacadas, con un 20,3% de share, una cifra histórica en la cadena pública francesa.

De Nueva Caledonia a la Isla de la Reunión

La serie, titulada en francés “OPJ: Pacifique Sud” y «Crimen en el Pacífico» en España, hizo los rodajes de su primera temporada en Nueva Caledonia y los tres siguientes, motivados por las restricciones de la pandemia, se han realizado en la isla de La Reunión. Un desplazamiento de miles que kilómetros y dos distintos océanos, del Pacífico al Índico, que ha situado el escenario de la serie en dos territorios de administración francesa que cuentan con una singular belleza paisajística, pero también con una realidad social y cultural propia.

Sobre esta realidad diferenciada, el productor Stéphane Meunier señaló, en una entrevista en exclusiva para AreaVisual, que «la serie tiene la voluntad de mostrar una sociedad que a priori no es conocida. Cuando vas a Palermo, en Sicilia, reconoces la parte histórica; o en Barcelona, aunque no conozcas realmente a Cataluña, sabes que Cataluña es una particularidad en relación con España, o la Alsacia en Francia, que habla también el alemán. Pero la gente no conoce la isla de la Reunión; donde tenemos el grupo de la policía francesa, y donde hay personajes de las Antillas, de Nueva Caledonia, con caledonianos blancos y canacos y también de la isla de la Reunión».

Meunier ha querido destacar que la elección de estos territorios y el planteamiento de la serie responde a «una voluntad de servicio público, de mostrar que Francia es múltiple, en cuanto a etnias y religiones». Una voluntad que va mucho más allá, por tanto, de haber buscado unos escenarios muy atractivos visualmente: «No se trataba de hacer nada folclórico, nada de rodar en Hawái. La isla de La Reunión es otro país».

Trabajar los personajes y huir de tramas esquemáticas

Una de las particularidades de esta serie es lo que las historias transcurren en dos episodios. Un planteamiento de guion y producción que incide en el planteamiento tanto de la investigación como de la vida personal de los personajes que participan en ella. Para Stéphane Meunier, esto «permite dos cosas: el desarrollo de las historias en el territorio de la Isla de la Reunión, que es magnífico y de gran belleza, y también las interacciones a través de los personajes con la población de allí. Un territorio que desde un punto de vista técnico parece Brasil, con mucha mezcla étnica y religiosa».

El actor Nathan Dellemme, quien interpreta al teniente de la policía Jackson Bellerose, apunta que «la fuerza de la serie son los personajes, las investigaciones policiales pasan, pero hay todo un desarrollo íntimo de sus protagonistas, que les da autenticidad» . Y Dellemme añade que «es una serie para el gran público sin renunciar a una ambición artística».

Producir a miles de kilómetros de París: una oportunidad y no una dificultad

Cuando se le plantea si producir una serie de gran complejidad como esta, tan lejos de la Francia metropolitana, ha sido un problema, Meunier responde que no ha sido así y da una cifra para ilustrarlo: «un 90% del equipo de la serie es local. La isla de la Reunión cuenta con una estructura cinematográfica moderna que nos acompaña, y France Télévisions ha invertido en ella, no ha centralizado la producción» fuera de este territorio del océano Índico.

Dentro de esta presencia tan destacada de talento local, cabe destacar que en el equipo de directores de la cuarta temporada encontramos a Marine Hervé, quien ya había participado en tareas técnicas en una anterior y exitosa serie de ficción, Cut, que tuvo la misma productora detrás. De la isla también proviene la actriz Yaëlle Trulès, quien da vida a la jefa del grupo policial, la comandante Clarissa Hourau.