Año: 2022

País: Irlanda

Dirección: Colm Bairéad

Guion: Colm Bairéad. Historia: Claire Keegan

Música: Stephen Rennicks

Fotografía: Kate McCullough

Reparto

Catherine ClinchCarrie CrowleyAndrew BennettMichael PatricKate Nic ChonaonaighCarolyn Bracken

Sinopsis y comentario.

La historia se sitúa en Irlanda en 1981. Cáit es una niña de nueve años que forma parte de una familia numerosa en precariedad económica y afectiva. Sin cariño ni atenciones familiares ni escolares, aprende a estar sola y en silencio. A escuchar prudentemente sin responder, como si estuviese ausente, pero procesando lo que oye y ve a su alrededor, sea agradable o desagradable, para escapar y sumergirse en la naturaleza cuando puede, o aguantar estoicamente que pase el temporal cuando la tormenta es inevitable. Ante la inminencia de que su madre va a dar a luz un nuevo bebé, y faltos de recursos económicos, sus padres aprovechan el verano y la envían a vivir con unos familiares lejanos de mejor posición.

 En ese nuevo hogar procura no estorbar, pues por parte del marido parece manifestarse un distanciamiento que ella intuye como arisco. Cáit es como una isla, pero poco a poco, y gracias a las atenciones y el respeto que le muestran esos familiares descubre nuevas formas de ser y de vivir más afectuosas. En esa estancia temporal en la casa de esos familiares, donde parece reinar la armonía, la quietud y el respeto, descubrirá el valor de los afectos y un trágico y doloroso secreto que le marcará para siempre.

Este enternecedor relato que nos ofrece Colm Bairéad, narrado con una finura y elegancia capaz de trasmitirnos en la imagen de cada plano una emotividad incontenible llena de serena belleza, nos invita a comprender, y lo consigue sin esfuerzo, el misterio que se encierra en ese frágil y angelical ser y, a compartir sus emociones mientras va entendiendo el mundo que le rodea. Los dolorosos secretos de los adultos, la maligna picardía de los desconocidos, etc.

 El director se aprovecha de muy pocos elementos para conseguir una efectividad dramática poderosísima. La cámara quieta, la composición del encuadre abarcando lo justo para describir de manera sencilla pequeños detalles, de uno u otro personaje, que serán de gran importancia para enterarnos del carácter y los principios humanos de cada cual, así como su relación torpe o amable con el entorno. No recurre a efectos artificiosos ni excentricidades técnicas o dramáticas para hacernos sentir emociones compartidas. Una vez más se muestra el poder de los primeros planos. Un dulce rostro de mirada fija a través del cual podemos adivinar un sinfín de pensamientos, dudas, temores, y cómo estos afectan emocionalmente al personaje, así como el significado del paisaje, como marco dramático. Es un discurso narrativo realizado con la sensibilidad y maestría de los clásicos, en el que todo el poder y la fuerza se centra en la observación serena que recoge la cámara y que, en la parte final culmina, de una manera magnética y casi mágica como solo sucede en el cine, por invadir la sala de emociones.

Acompañada por una música de Stephen Rennicks que suena lo justo para ser imperceptible y no influir en lo importante pero que se deja sentir, y una excelente fotografía de la reconocida y premiada por el cine europeo, Cate McKullough, retratando con sobriedad los interiores pero sobre todo destacando siempre el contraste y la fuerza de los paisajes abiertos de la  naturaleza irlandesa, que nos recuerda a cierta pintura impresionista, acertada aquí, con la atmósfera de la historia.

No podemos ocultar que gran parte de los méritos de ese resultado se deben a la presencia Catherine Clinch, un gran descubrimiento para el cine británico que con esta interpretación está deslumbrando a todos los públicos. Es tan expresiva y envolvente su interpretación en The quiet girl; por momentos expresa tanta fragilidad y desamparo en su desgarbada figura como inteligencia en su mirada, que no tienes más remedio que empatizar con su soledad y sonreír al ver cómo, llena de temores, casi desconfiada, agradece las pequeñas muestras de respeto y cariño que recibe y que desconocía por completo.

The quiet girl es una pequeña joya. Seguramente la mejor película estrenada en cines estos primeros meses del año.

Pepe Méndez