Hubo un día que las empresas de producción y distribución, y las cadenas televisivas tenían edificios con una recepción, teléfonos que atendían unos/unas diligentes telefonistas, salas de espera con sofás, mesas de trabajo, despachos de reunión… Podías buscar su ubicación en un directorio, se llamaba y concertabas una cita. Más tarde, no hace tantos años, encontrabas todas esas referencias en su web y sabías donde ir… Asimismo si estabas profesionalmente en el audiovisual sabías que en Ferias y Mercados como MIPCOM y MIPTV en Cannes, o en Festivales que incorporaban mercados contiguos podías llevar una idea ya muy avanzada o un producto terminado y podías localizar a alguien al otro lado que te diera «feed back» o incluso «largas» pero sabías a quién llamar y adonde ir… También se organizaban charlas y seminarios donde de forma presencial, profesionales relevantes del sector explicaban tendencias, qué les interesaba etc… Esto es el pasado. Ahora mismo, si intentas localizar quien decide en las plataformas audiovisuales que todos tenemos en mente, de entrada, no encuentras su ubicación física, y ni siquiera en qué país residen…. ¿La supuesta filial española pinta algo en los procesos internos o es la pieza final y simbólica de un engranaje? Si vas a las webs de estas plataformas no tienes ni siquiera una idea de cúal es su organigrama, y de quienes pueden ser tus posibles contactos de interés… Si te aparece un teléfono y llamas lo más seguro es que te ofrezcan una promoción de tres meses muy «baratita» para la plataforma a la que quieres ofrecer una idea, un producto… Algunos productores y distribuidores nos dicen que se están organizando ya no para conseguir  un teléfono personal… ni mucho menos… Sólo aspiran al menos a disponer de un nombre, y un correo electrónico personalizado… Alguien con quien hablar. Podría haber en próximos meses un mercadillo de correos electrónicos por el que se pagarían grandes fortunas…, Es un bien tan escaso como el gas licuado, por lo que parece…

Algunos empezamos a pensar que detrás de los grandes monstruos del audiovisual ya no hay personas. Seguramente son los Algoritmos los que deciden no sólo la previsión de contenidos, que interesa en cada momento, (¿calamares a la coreana, a la romana o a la andaluza?) Los algoritmos podría ser que ya decidan si merece la pena contestar un correo de un potencial proveedor, a quien sí y a quien no, en función de un complejo sistema de inteligencia artificial… Probablemente en las cúpulas de estas empresas, las personas aún no robotizadas están al servicio de los Algoritmos y no al revés… Parafraseando a nuestro autor de anticipación ¿Sueñan los algoritmos con despachos de lujo? ¿Tendrán los productores y distribuidores que reunirse muy pronto con Algoritmos? ¿Alguien ha visto un Algoritmo tomándose una cerveza? ¿Qué forma tienen?…