Desde esta Tribuna y desde esta comunidad queremos lanzar una decidida apuesta por el «cuarto sector» en el mundo audiovisual. De entrada, el concepto en sí mismo puede generar cierta confusión. Tradicionalmente nos hemos referido a la agricultura como sector primario, la industria como secundario y los servicios como terciario. De ahí surgía también el concepto de «cuarto sector» referido a actividades relacionadas con el conocimiento que no encajaría estrictamente con los tres sectores anteriores: Existen, por tanto, estas nomenclaturas ya muy asentadas, pero hay otra posible tipología a tener muy en cuenta: Surge al denominar «primer sector» al conjunto de la actividad privada, pura y dura, en el segundo estaría la generada por las Administraciones públicas, y en el «tercer sector» cabrían fundaciones, asociaciones etc… Sin embargo, algunas empresas privadas no se sienten -o no nos sentimos- demasiado cómodas con esta clasificación. De hecho, cuando nos referimos a «privados» encontramos una muy extensa pinza: Desde multinacionales muy extractivas con gran afán de lucro focalizadas al corto plazo y sin gran conciencia social hasta autónomos o emprendedores sociales que acaban de poner en marcha una sociedad mercantil… De este modo, parece razonable que algunos privados queramos «desgajarnos» de este «paquete»… De ahí, la oportunidad que nos plantea vitalizar el llamado «cuarto sector»: entidades con compromiso, alineadas con los objetivos ODS, con la Agenda 2030, empresas «con alma» que van más allá de la rentabilidad a corto plazo para vislumbrar un objetivo más amplio y social…

Tampoco vamos a engañarnos a estas alturas del artículo: El concepto de «cuarto sector» está en fase embrionaria. Es aún muy desconocido y tiene que vencer mucho ruido ambiental con tipología sectoriales adversas. Pocos profesionales y empresarios (y por ende la sociedad entera) conocen esta vocación de algunas empresas de «escaparse» de los sectores tradicionales…  Sin duda, si desde instancias gubernamentales se fomenta la divulgación de este concepto y, lógicamente, algún tipo de «arropamiento» a las empresas de este «cuarto sector» ello redundaría en una mayor focalización al tema. Parece una buena señal -en este sentido- que la próxima Cumbre Ibeoramericana del próximo abril en Andorra -dedicada precisamente al desarrollo sostenible- atienda la potenciación de este «cuarto sector» en el ámbito iberoamericano. Creemos que desde el mundo audiovisual por nuestra capacidad de actuar como amplificador de tendencias, tenemos ahí un deber «ineludible» (al menos nosotros lo vemos así). Desde nuestras comunidades profesionales de areavisual en sus cuatro brazos operativos -con la modestia que nos caracteriza- vamos a «darle alas» a la expansión de este concepto y de estas empresas con «alma», que van más allá de buscar sólo rentabilidad…