FERNANDO CAMPOS:
¿Cómo ha cambiado el panorama de la producción audiovisual en Argentina?

La posibilidad del streaming empezó a cambiar el consumo de los contenidos para nuestro espectador, que se convirtió en usuario. Lo que existía eran streamings, páginas en donde había piratería, que tenían sus complejidades. No era para cualquiera porque había que bajar los subtítulos, saber descargar, saber ver, hasta que aparecieron algunas que eran ya muy
buenas y te brindaban herramientas para aquellos que no entendían cómo hacer usarlas. Eso fue modificando al consumidor y al hábito de consumo, sobre todo en edades tempranas. Después, cuando ya aparece Netflix y las demás plataformas, se formaliza el sistema de streaming y obviamente el ancho de banda empieza a crecer y a aumentar la cantidad de gente que accedía.
Se empezó a notar que con los años íbamos hacia un cambio. Nadie tenía la bola de cristal, pero muchas cosas están sucediendo ahora, como los cambios en el modelo de negocio, que se esperaba fuera en un proceso más gradual.
Desgraciadamente tuvimos una pandemia, que produjo cambios de raíz y lo previsto se adelantó básicamente 5 ó 6 años y la desgracia de eso es que cambió rápidamente el modelo de negocio que venía siendo modificado por goteo y se precipitó en algo más radical. Ahora la marea está acomodando un poco las cosas.


¿Y desde la perspectiva de un productor independiente, cómo ha afectado ésto?
Pasaron muchas cosas a la vez, los productores independientes teníamos herramientas, sobre todo de financiaciones públicas. Hasta el 2019 la plataforma era un acompañante en el viaje de producir una película. Quizás la primera, la segunda o tercera ventana después de las salas de cine.


¿Qué pasó con la pandemia?
Con la pandemia cayeron muchos fondos. En muchos países se fue perdiendo la capacidad del productor independiente de tener otras herramientas de financiación y ésto llevó a que las plataformas fueran un jugador fundamental, imponiendo otras reglas de mercado. Reglas que ahora se están discutiendo, se están revisando, se están realizando.
Por otro lado, las definiciones de productor independiente cambian. ¿Quiénes se reconocen como productores y quiénes no?
Pero básicamente yo creo de la gran afectación fue la merma de los fondos públicos en muchos países. Y ahora las plataformas son muchas veces la primera y única ventana de una película. Pero también hay que pensar que el cambio se ha producido en los espectadores y a medida que los jóvenes empezaron a ver las cosas en streaming se fueron acostumbrando a
consumir cine.
Las películas que se están consumiendo en las salas de cine en mayor medida son películas. El cine que naturalmente hacíamos los productores independientes, si no logramos consolidarlo en festivales, no tienen un buen rendimiento, aunque tengan el espacio en las salas, porque la gente ya sabe que más tarde las verán en las plataformas.
Esos son los cambios con los que tenemos que luchar en este momento: ¿Cómo hacer para restituir los fondos públicos? ¿Cómo hacer para que las películas tengan una ventana de salas lógica? ¿Cómo hacer para llevar espectadores a salas a una película que no sean el suceso del año?
Porque eso también habla de que hay que trabajar en la formación de públicos, por ejemplo.
Entonces una de las metas de FIPCA que estamos trabajando con la CACI y con FIACINE tiene que ver con pensar en formar al público para que pueda regresar a las salas.

¿Qué papel juega y va a jugar ibermedia?
Ibermedia tiene hoy menos fondos de los que tenía hace 10 años atrás y desgraciadamente tiene una demanda con picos históricos. Entonces no puede jugar tan abiertamente un rol sobre tantas películas. El problema sigue siendo fundamental para algunos países en que Ibermedia es el único fondo, o al menos el más importante, con que pueden empezar a armar
una producción.


¿En este momento para un productor las series es una buena salida para tener estabilidad y
sostenibilidad?

El problema desde Argentina hoy es que estamos atravesando probablemente una de las mayores crisis de nuestra historia de los últimos 20 años, con una inflación que ya ha superado el 100% anual, con una devaluación de la moneda de más del 100%.
Y con una situación de postpandemia que dejó al Instituto de Cine en un estado muy malo, en cuanto a recursos y los fondos públicos no alcanzan para hacer películas. Ahora las coproducciones son más necesarias que nunca y las plataformas con las series juegan un rol importante. Pero desgraciadamente por el volumen de mercado que tenemos, teniendo en cuenta que
nuestra series y nuestras películas viajan, pero a lugares muy puntuales y no se derraman por el resto del continente. Sobre la producción de series, no se están haciendo en la cantidad que se hacen en México, en Colombia o en España, estamos muy lejos.