(Una sola vez es para siempre)

Título original: Solo una vez

Año: 2021

Duración: 80 min.

País: España

Dirección: Guillermo Ríos Bordón

Guion: Marta Buchaca

Fotografía: Roberto Ríos

Reparto

Ariadna GilÁlex GarcíaSilvia AlonsoMari Carmen SánchezIsa MontalbánJavier Martos

ProductoraRadio Televisión Canaria, Álamo Producciones Audiovisuales

Género: Drama

Sinopsis:

Laura, una psicóloga del servicio de atención a las mujeres que sufren violencia de género, hace unas semanas que es acosada por el marido de una de sus pacientes. En esta situación, debe tratar una pareja que nunca ha puesto los pies en un centro de este tipo: Eva y Pablo. Por una serie de malentendidos él ha recibido una denuncia, pero afirma con contundencia no ser ningún maltratador.

Opinión:

            Para su debut en la dirección de largometrajes Guillermo Ríos ha elegido adaptar la pieza teatral “Solo una vez de Marta Buchaca, que también se ha encargado de escribir el guion de la película.

           El joven director canario tiene una larga trayectoria como productor, y ha dirigido una serie de cortometrajes que le avalan en la industria cinematográfica. Buena elección la de esta obra para el salto a la dirección, pues la labor dramatúrgica de Marta es extensa y en general trata temas de actualidad social y humana que interesan al público: A pesar de su juventud tiene casi 20 obras escritas y representadas, alguna de ellas con adaptaciones para televisión, siendo esta la segunda que se lleva al cine; la primera fue Litus, dirigida por Dani de la Orden en 2019, también con bastantes reconocimientos de crítica y público. Esa labor ha convertido a la catalana en uno de los mayores valores creativos de nuestra industria de teatro, cine y series de televisión.

         Es evidente que tratándose de una obra escrita para el teatro la estructura dramática previa estaba bien definida, y su base de desarrollo principal se centraba en el gesto, en la fuerza de los personajes y en el apoyo interpretativo al desgranar el texto escrito, y esa, es una labor que requiere oficio y sensibilidad del director y comunión con los intérpretes participantes.

        Ello se traduce en que los actores y actrices deben trasmitir convicción, dar credibilidad a los personajes, llenarles de vida, de carnalidad.  En este caso hay que felicitarles, porque todos ellos están fenomenales, empezando por Ariadna Gil en el papel de Laura: sobria, seria, serena, pero incisiva cuando los momentos lo requieren, metida en la piel de psicóloga tratando a personajes aparentemente equilibrados, pero que en algún momento han tenido arranques de violencia con alguien de su entorno. ¡Exquisita interpretación!

       Dando réplica a Ariadna aparece un Alex García muy convincente en el papel de Pablo, un escritor que necesita su espacio para concentrarse y que se pregunta por qué está allí, ya que él no tiene ningún problema con Eva, su pareja, y siente que es feliz con ella. También Silvia Alonso brilla con hechuras de buena actriz y carisma, dando vida a un personaje (Eva) que en principio parece plano pero que, cuando surge la complejidad sabe darle los matices nuevos y el coraje que requiere para enriquecer el drama. Y, aparece una sorprendente Isa Montalbán en el papel de adolescente hija progre de Laura, que lo borda con una naturalidad deslumbrando en los pocos momentos que interviene.

        Así que, nos parece meritorio el tándem del director Ríos Bordón con su equipo artístico para que el desarrollo de la historia nos mantenga en vilo y vaya creciendo emocionalmente a medida que se acerca al final.

          El tratamiento que hace Solo una vez de la violencia de género en el entorno familiar, es totalmente diferente de lo planteado hasta el momento en otras películas. Es una visión nada maniquea, desarrollada dúctilmente, con seres que rechazan cualquier tipo de perturbación personal, ni aceptar haber ejercido ningún tipo de violencia, pero que a través de una serie de preguntas de la doctora, a veces inquisitivas, arrastrará a los personajes hacia la autorreflexión o hacia el estallido de su verdadera personalidad interior. Es, en esa reflexión introspectiva donde se muestran evidentes contradicciones y en las que, a veces nos cuesta reconocer esa pizca de impronta violencia oculta, que parece preguntarnos si se puede separar del ser humano, y que tan frecuentemente aflorar de manera imprevista, sobre todo, cuando nos sentimos heridos por obra o por palabra. ¿Somos seres violentos por naturaleza?  ¿Cuándo puede aflorar esa violencia? ¿Qué puede motivar que se materialice irreflexiva? ¿Como podemos controlarla? ¿Tiene razón Eudal Carbonell cuando afirma que «aun no somos humanos»?

        Ríos Bordón utiliza la cámara inteligentemente, como un ojo oculto que observara todos los matices de esos personajes: sus incomodidades, sus contradicciones; que esperan respuestas a través de mostrarnos sus reacciones externas, y que pasan por la contradictoria complacencia a una sostenida tensión y claro desacuerdo interior, hasta llegar a descubrir el eje central que sostiene el drama.

           Interesante propuesta de la dramaturga Buchaca que va acompañada de una inspirada adaptación al cine Guillermo Ríos, utilizando un lenguaje elemental, pero sensitivo, para contarnos una historia frecuente, pero con matices nuevos y, de súbito, dejarnos con interrogantes capitales para llegar a conocernos como género, y corregirnos, si es que podemos. Una película modesta, con unos cuantos motivos disfrutables.

Pepe Méndez